Francine Lacelot, coreógrafa e investigadora del barroco francés
La coreógrafa y especialista en la reconstrucción y estudio de la danza de los periodos prebarroco y barroco franceses Francine Lacelot murió el día de Navidad en su casa parisiense víctima de un tumor maligno a los 74 años de edad. Había nacido también en París en 1929, y estudiado danza clásica y moderna, teatro, mimo y acrobacia; en 1954 fue discípula de Mary Wigman en Alemania. A su regreso a Francia, estudia y colabora con Françoise y Dominique Dupuy, figuras fundacionales muy importantes de la nueva danza francesa.
Desarrolló una carrera de actriz y bailarina, al tiempo que trabajó con Pierre Conté, teórico del movimiento que ya en 1931 había inventado un sistema de notación de la danza, y es quien la inicia en la notación coréutica, al tiempo que Jean Michael Guilcher la introduce en la danza antigua y popular y en la recreación de la coreografía tanto de corte como teatral de los siglos XVII y XVIII. Ella había visto casualmente una compañía de danza tradicional de Sarajevo, y siempre dijo que aquello cambió su vida y sus miras profesionales.
En 1980 funda la compañía Rits et Danceries, que existió hasta 1995. Sus más estrechos colaboradores fueron el también bailarín y coreógrafo François Raffinot y el italiano Andrea Francalanci (prematuramente desaparecido), que continuaron esa ingente labor de recuperación e investigación. Desde hacía un tiempo, la coreógrafa vivía retirada en Suiza. Su conjunto, Rits et Danceries, visitó poco España, pero se recuerda su presencia en el teatro de la Zarzuela de Madrid con la ópera Atys, de Lully, por Les Arts Florissants y con coreografía de Lacelot.
En 1973 se había doctorado en etnología histórica y enseñó en La Sorbona y en el Instituto de Música y Danza Antigua, al tiempo que mantuvo abierta su escuela privada. Sus principales creaciones fueron Bailes de la Corte (1980-1983), Lully (1985) y Caprice (1988), donde ejercía la creación moderna a partir de los códigos antiguos. Rudolph Nureyev, entonces director de la Ópera de París, le encargó en 1983 Bach suite (basada en la suite número 2 para violonchelo), que él mismo paseó por todo el mundo.
Francine Lacelot, verdadero pilar de la corriente reconstructora en Francia, fue también muy importante en la incipiente y poco desarrollada escuela española de recuperación de la danza antigua, pues durante algunos años y esporádicamente Ana Yepes (hija de Narciso Yepes) y el catalán Carles Mas García estuvieron a su lado, y formaron parte del elenco de bailarines de la compañía Rits et Danceries en el estreno en la Bienal de Lyón de Tempore et mesura (23 de septiembre de 1988), probablemente la obra más ambiciosa de Lacelot junto a su ya mencionado Caprice.
Además de principal colaboradora y animadora de la revista La Recherche de Danse, en 1996 publicó un libro que es hoy fundamental: La belle danse (Editions van Dieren).-
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