Gary Stewart, cantante de 'country'
Gary Stewart, uno de los más vigorosos cantantes de country surgidos en los años setenta, apareció muerto el pasado 16 de diciembre en su casa de Fort Pierce (Florida). Según la policía local, Stewart, de 58 años, se suicidó con un disparo. Unas semanas antes había suspendido sus actuaciones tras la muerte por causas naturales de su esposa.
Stewart había nacido el 28 de mayo de 1945 en Letcher County (Kentucky). Hijo de minero, la familia se trasladó a Florida cuando el padre quedó incapacitado tras un accidente. Comenzó a grabar en 1964, actuando con el grupo de rock The Amps. Entró en el mundo del country a finales de los sesenta, gracias a los contactos proporcionados por el vocalista Mel Tillis, componiendo con Bill Eldridge éxitos para Billy Walker o Jim Ed Brown. Sin embargo, en contra de lo habitual, Nashville no se apresuró a lanzarle como solista debido a su peculiar voz, nada refinada, y a su temperamento salvaje.
A mediados de los setenta, el movimiento de los outlaws había abierto el abanico de Nashville, recuperando el gusto por las turbulentas canciones de bar. Un cazatalentos vio en Stewart un nuevo Jerry Lee Lewis y le fichó para RCA. Allí tuvo éxitos con Drinkin' thing (1974), She's actin' single (and i'm drinkin' doubles) (1975), In some room above the street (1976), Ten years of this (1977), Your place or mine (1977), Whiskey trip (1978), Brotherly love (1982) y Smokin' in the rockies (1983).
La especialidad de Stewart eran las alborotadas canciones de honky tonk, empapadas en alcohol e inspiradas por desdichas amorosas. Su versión de Ain't living long like this (No viviré mucho así), de Rodney Crowell, es prácticamente una definición del género. Dentro de esa tradición, Stewart aportaba su gusto por el rock sureño: su primer lanzamiento para RCA fue una versión de Ramblin' man, de los Allman Brothers (varios miembros del grupo le acompañaron en su LP de 1980, Cactus and rose). En una buena noche, Stewart se mostraba imparable: así, Gerry Wood, periodista de Billboard, llegó a manifestar que "Gary Stewart puede ser el mejor cantante de la historia de la música country".
Stewart vivía la vida de sus canciones y los publicitados abusos de alcohol y drogas, agravados por el suicidio de un hijo, le convirtieron en una leyenda, pero le apartaron de la industria del country, que le consideraba excesivamente rock en sonido y actitud. Se recuperó y volvió a grabar en 1988, para Hightone, el sello purista de California, que también reeditó su clásico Out of hand y lanzó su antología Gary's greatest-17 original hits. Aunque sus grabaciones se habían espaciado, todavía seguía actuando y en 2003 había publicado Live at Billy Bob's.-
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