El teatro y el cine británicos pierden al gran actor Alan Bates

El actor británico sir Alan Bates falleció el sábado en un hospital de Londres a los 69 años, después de una larga batalla contra el cáncer de higado. El actor deja detrás una extensa carrera teatral y cinematográfica ya que había participado en 78 películas y series de televisión. La última película en la que actuó fue The statement, dirigida por Norman Jewison y protagonizada por el actor Michael Caine.

Bates nació en el seno de una familia británica de Derbyshire muy vinculada a la música.Decidió ser actor a los 11 años, después de realizar cursos de dicción y estudios con un profesor de arte dramático, y posteriormente fue seleccionado por la Academia Real de Arte Dramático con una beca con la que consigue dar sus primeros pasos en el teatro clásico en los años cincuenta.

Debuta en el West End londinense en 1956 con 22 años; esa misma temporada actúa en la obra Mirando hacía atras con ira, que le hace entrar en lo más selecto de la generación teatral de la posguerra. Esta pieza convirtió a Bates en una estrella teatral y le lanzó a la interpretación de papeles escritos por grandes autores contemporáneos, que compagina con los grandes clásicos como Chéjov, Ibsen, Strindberg y, por supuesto, Shakespeare. Comienza a granjearse cierta reputación cuando interpreta a una variedad de jóvenes personajes de la clase obrera. Destaca notablemente interpretando obras de John Osborne, Harold Pinter y Tom Stoppard. Pero es en el cine donde el actor británico se crece con su participación en medio centenar de películas que le dan fama.

En 1960 da la réplica en el cine a Lawrence Olivier en El animador, de Tony Richarson. Sin olvidar su carrera teatral, rueda Zorba el griego (1964) bajo la dirección de Michael Cacoyannis y al lado, entre otros, de Anthony Quinn, que protagoniza el filme. Pero es con El hombre de Kiev (1969), de John Frankenheimer, con la que se consagra en el oficio al conseguir una candidatura al Oscar.

"Gran profundidad"

Un año más tarde es seleccionado como mejor actor por la Academia de Arte Británico por su papel en Love, de Ken Russell. En este filme la coprotagonista es Glenda Jackson. La hoy diputada de la Cámara de los Comunes ha dicho de él que era "un actor de una gran profundidad". Además, agregó Jackson, "era un gran compañero de profesión y un individuo absolutamente delicioso".

Entre la filmografía de este actor destaca El mensajero, de Joseph Losey, o Quartet, de James Ivory, con Isabelle Adjani. Después de haber participado en numerosas obras de ficción para la televisión británica en los años ochenta, la época dorada de las series en dicho medio, su vuelta al cine se produce con el Hamlet del italiano Franco Zeffirelli.

Y posteriormente interpreta Doctor M., del realizador francés Claude Chabrol. Una de sus últimas apariciones cinematográficas fue en 2001, en Gosford Park, la grandiosa película coral realizada por el director estadounidense Robert Altman con intérpretes británicos y por el mero hecho de trabajar con actores y actrices de esa estirpe.

En 2003 fue nombrado caballero por su contribución a las artes y a la cultura británica. Bates nunca dejó de actuar a pesar de su enfermedad y de los reveses que sufrió en la última época de su vida con la muerte de su hijo Tristan, en 1990, y de su mujer, Victoria Ford, en 1992.