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LO MÁS ÚTIL | EL VIAJERO HABITUAL

Lo que se esconde detrás del "desde"

Isidoro Merino

Vuelos a Londres, desde 20 euros; a Alemania, por 19. Una semana en Cancún, con todo incluido, 670 euros. Chollos, gangas, promociones, ofertas 2×1... El mundo de los viajes se parece cada vez más a una tienda de todo a 100. Pero, ¿es oro todo lo que reluce?

Chollos contados

Las gangas existen, sí, pero son pocas y se agotan enseguida. Por lo general, los turoperadores y aerolíneas suelen encabezar la publicidad de sus promociones con el precio mínimo por persona del vuelo o el paquete, que suele corresponder a los hoteles de menor categoría, en habitación doble, y para unas ciudades y fechas de salida concretas. Es el famoso "desde", el precio de partida al que casi siempre hay que sumarle uno o varios suplementos. Como es natural, las tarifas más baratas -que suelen ser las más escasas- o las que guardan mejor relación calidad / precio son las que antes se acaban. Esto también vale para las compañías aéreas, y, en especial, para las líneas de bajo coste. Germanwings, por ejemplo, ha sacado ya a la venta sus billetes para viajar a Alemania entre abril y octubre de 2004, con un precio de partida de 19 euros por trayecto; si compra ahora un billete para esas fechas tiene grandes posibilidades de conseguirlo con esa tarifa, pero si quiere viajar la próxima semana el vuelo le saldrá mucho más caro o se encontrará sin plazas.

Tanto los billetes de avión como los viajes combinados que incluyen vuelos llevan un recargo sobre el precio publicado. Son las tasas aeroportuarias que gravan las operaciones de aterrizaje y despegue de los aviones y varían dependiendo de la ruta y el aeropuerto de destino. Por norma general, cuanto más importante es un aeropuerto, más caras son las tarifas que impone; ésta es una de las bazas con las que juegan las compañías de bajo coste, que emplean aeropuertos secundarios donde los impuestos son más bajos. A menudo, a las tasas hay que sumarles los gastos del visado, lo que en conjunto puede suponer hasta el 10% del precio del viaje; las tasas y visado de un viaje a Rusia, por ejemplo, ascienden a 150 euros. Los cruceros llevan un recargo similar, las tasas de embarque, entre 100 y 125 euros por persona.

Gracias por la propina

Suma y sigue: en los cruceros y en algunos hoteles es costumbre -y a veces casi obligación- dejar una propina para el personal y los guías, una suma que está entre siete y 10 euros por persona y día. Los paquetes con pensión completa no suelen contemplar las bebidas, refrescos, café y agua mineral, que se pagan aparte. En cambio, la opción "todo incluido" permite, previo pago de un suplemento, disfrutar de consumiciones y actividades sin límite, y es una buena alternativa para aquellos a quienes no les gusta privarse de nada. También conviene aclarar si los traslados entre el hotel y el aeropuerto están englobados en el precio o si son opcionales, y lo mismo ocurre con las excursiones y visitas guiadas.

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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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