Contra las sectas, terapia
Una entidad asesora cada año a más de 100 adeptos a las sectas. Más del 60% de ellos se curan de su dependencia
Asociación para el Asesoramiento y la Información de Sectas (AIS) es una entidad que aconseja cada año a más de un centenar de personas que han sufrido los efectos de una secta. "Grupos de manipulación psicológica", en definición de los especialistas, que con su trabajo consiguen recuperar entre el 60% y el 70% de los afectados.
El director médico de la entidad, Josep Maria Jansà, asegura que durante este año se ha producido un ligero ascenso de estos grupos en Barcelona. "En la ciudad ya actúan más de 100 sectas, aunque resulta difícil cuantificarlas por su movilidad. Hay una proliferación constante de grupos de manipulación psicológica, que crecen de forma lenta, pero constante", explica Jansà.
El perfil del adepto es el de un joven abierto, altruista, preocupado por los problemas sociales
En los últimos años, sin embargo, la realidad de estos grupos ha cambiado. "Antes había unas cuantas sectas muy grandes que concentraban un importante número de adeptos. Ahora el fenómeno se ha dispersado y han aparecido muchas más organizaciones, con menos socioadictos cada una", relata el especialista. Según esta nueva tendencia, las sectas que actúan en Barcelona se podrían englobar en dos bloques: las grandes organizaciones de tipo religioso, que actúan desde hace años y tienen una influencia en todo el mundo, y los pequeños grupos de manipulación mental. Estos últimos son muy variados y están muy atentos a las necesidades y las modas de la sociedad actual para nacer y consolidarse. Así se explica que esta diversidad abarque colectivos de carácter terapéutico, esotérico, político y filosófico. La característica común en todos los casos es que utilizan siempre nuevas formas de psicología.
"Estas nuevas sectas se presentan a menudo como ONG o centros terapéuticos de todo tipo, como de tratamiento para toxicómanos, y convencen a los nuevos miembros afirmando que luchan por la mejora del medio ambiente, la ayuda al tercer mundo o la exaltación de valores, como la paz y la solidaridad", afirma Josep Maria Jansà. El director médico de AIS asegura que, en ocasiones, incluso se dan situaciones manipuladoras sin forma de grupo. Es decir, existen unos líderes muy carismáticos que generan dinámicas alrededor suyo y van captando personas dependientes de su entorno usando formas religiosas, curativas, y de todo tipo: "Se trata del tipo de manipulación más dispersa y más difícil de descubrir, ya que sólo se sabe de su existencia a partir de los afectados", afirma Jansà.
Para este tipo de organizaciones, el perfil del posible adepto es el de una persona joven, altruista, preocupada por los problemas sociales y por la mejora del mundo, y abierta a nuevas propuestas. Las personas dependientes, o en situaciones de crisis emocional o profesional, son las más propensas a caer en una socioadicción, aunque Jansà advierte de que "nadie puede considerarse completamente indemne" a sufrir los efectos de las sectas.
AIS es la principal asociación que trabaja en España en el tratamiento de dependencias de carácter grupal, y actúa desde hace más de 20 años. A la consulta acuden principalmente personas que buscan información sobre este fenómeno, familiares de sociodependientes, o ex adeptos. Para atenderlos, la entidad tiene un departamento de información y otro terapéutico, formado por médicos y psicólogos.
"Casi nunca es el afectado el que acude a la asociación, sino que son los familiares o amigos los que se acercan para explicar su caso y comprobar si se trata de una socioadicción o no", afirma Jansà. Suele pasar un cierto tiempo hasta que el adepto acepta visitar la asociación, y es entonces cuando los psicólogos le aplican un proceso de reactivación del sistema de razonamiento, que ha quedado congelado por la manipulación psicológica de la secta. Este proceso puede durar desde unas semanas hasta varios años, según el tipo de influencia que hayan tenido los sectarios sobre las personas. En este sentido, se ha constatado que incluso hay paciente crónicos, que no logran salir de su dependencia con el tratamiento. En el proceso de desintoxicación, el compromiso familiar constituye una herramienta esencial para el éxito del tratamiento.
AIS también consta de un servicio de asesoramiento y asistencia jurídica para profesionales, personas afectadas por socioadicciones y familiares. Y otro de documentación, con información sobre los grupos que actúan en España y en toda Europa.
Falta una ley reguladora y más sensibilidad
No existen en España leyes específicas que regulen el fenómeno de las sectas. Con todo, los expertos consideran que en la legislación actual probablemente hay suficientes elementos para limitar el impacto de estos grupos, si se aplica correctamente. Así, por ejemplo, el Código Penal recoge la manipulación, inducción o el control como un posible delito.
Aparte de esto hay muchísimos recursos de tipo legislativo o administrativo que permitirían controlar el posible efecto de estos grupos. Según Josep Maria Jansà, lo que falla es su aplicación: "Normalmente lo que hay es una denuncia, una investigación policial, un trámite al juzgado correspondiente, y un archivo del caso. Falta una tarea de sensibilización del fenómeno por una parte de los jueces. Varios cuerpos policiales tienen secciones específicas para la investigación de estos casos, pero ésta no viene acompañada de una intervención jurídica".
Debido a los cambios constantes de estos grupos, es muy difícil prever su evolución en un futuro: "Según la tendencia de los últimos años, yo diría que las sectas continuarán creciendo levemente", afirmó el director médico. "Desde AIS continuaremos informando y sensibilizando a la gente para evitar este incremento, y gracias a un acuerdo firmado con la Generalitat para la cesión de un nuevo local para la entidad, próximamente podremos ampliar nuestros servicios".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.