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La pasión y la voz

El tenor español Plácido Domingo está convencido de que perderá la voz antes que la pasión por el bel canto, porque, a punto ya de cumplir su actuación número 3.300, sigue teniendo las ganas del principiante. "Es una bendición de Dios que a los 62 años todavía pueda seguir cantando", dijo el tenor en Berlín, donde ensaya La dama de picas, ópera de Piotr Ilich Chaikovski que estrenará, con el israelí de origen argentino Daniel Barenboim a la batuta, el próximo día 5 en la Staatsoper unter den Linden. Domingo, que interpreta el papel protagonista -Hermann, un hombre obsesionado con el juego-, explicó que para su profesión hay que tener voz, pero también pasión, "porque sin esa pasión, que en mi caso seguro que sobrevive a mi voz, no es posible seguir adelante". No es de extrañar que tras nueve horas de ópera el tenor necesite silencio al llegar a casa. "A veces, cuando llego a casa o al hotel, necesito un poco de silencio. Es decir, no escucho música y, si lo hago, entonces elijo canciones latinoamericanas, que me gustan y relajan mucho", confesó el tenor, que se siente "muy latino". Por eso, una vez cumpla con sus compromisos en Berlín a mediados de diciembre, pondrá rumbo a tierras mexicanas "para unas navidades calientes, posiblemente en las playas de Acapulco, con mi familia". "La blanca Navidad no es para mí. Prefiero el calor", bromeó mientras se colocaba el abrigo para salir a la calle y volver a los ensayos.-

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