"Maragall metió la pata con el agua del Ebro"
Pregunta. Cuando José Luis Rodríguez Zapatero desvió hacia Miguel Sebastián la responsabilidad del programa económico del PSOE, aquí hubo quien celebró su funeral.
Respuesta. La verdad es que lo hicimos de común acuerdo. En ningún momento significó un funeral para mí, sino algo que podía ser un revulsivo para el partido socialista en el objetivo común de ganar las próximas elecciones. Quien no lo haya entendido así, espero que en el transcurrir de la actividad y mi presencia más los nuevos encargos que me está haciendo Rodríguez Zapatero, les haya confirmado que ni he perdido fuelle ni nadie puede entonar cánticos por mi funeral.
P. Le ha encargado un nuevo diseño de estructura de gobierno.
"Mis adversarios políticos están en el PP y no el partido socialista"
"Hay partido, el árbitro no ha pitado y creo que Ronado juega en nuestro equipo"
R. Hace bastante tiempo que le vengo insistiendo que va a ganar, que va a ser presidente del Gobierno, que hay muchas decisiones que se tienen que tomar en muy poco espacio de tiempo, y que algunas conviene tenerlas previstas. Entre otras, el diseño del Gobierno y el de la Administración. Los dos creemos que este nuevo diseño tiene que ir paralelo a un cambio muy importante en los Presupuestos Generales del Estado. Es un encargo importante, cuyo antecedente fue el que Felipe González le hizo a Alfonso Guerra en el verano de 1982. No voy a establecer ningún paralelismo, pero tampoco voy a minusvalorar su importancia.
P. Las circunstancias no son las mismas.
R. No lo son. Hace dos días lo hablaba con Alfonso Guerra. Pero hay partido, el árbitro todavía no ha pitado y creo que Ronaldo todavía juega en nuestras filas.
P. ¿A qué nuevos retos debe responder esta estructura?
R. Debemos de hacer una Administración y un Gobierno del siglo XXI. Todavía tenemos una Administración con demasiados rasgos del siglo XIX, articulada entorno a una estructura muy sectorial y vertical, cuando los problemas son ahora muy horizontales o pluridisciplinares, y afectan a muchos ministerios. Hay que hacer un Estado más pequeño, más flexible, más eficaz, con más músculo y menos grasa.
P. ¿Ese modelo tendrá su correspondencia en las autonomías?
R. Debe de tener en cuenta un Estado plural, autonómico, en el que ya prácticamente se han transferido el grueso de las competencias y eso obliga a redefinir el papel del Estado central. Tenemos un Estado autonómico que muchos dicen que se parece a un Estado federal, pero falta Washington, falta Berlín, falta el papel del Estado federal central, que tiene que situarse entre las comunidades autónomas y la Unión Europea. Eso el PP no lo ha hecho.
P. Ha hecho otras cosas.
R. Ha hecho una política de escaparate. Hay un dato muy simbólico de su política: en los presupuestos de 2004 la partida que más crece es la de propaganda y publicidad. El PP ha pasado de puntillas por encima de muchos problemas y se ha encargado más de vender que de fabricar.
P. ¿No le ha robado la cartera de las políticas sociales al PSOE?
R. No, lo que está robando son las ilusiones de muchos pensionistas y de muchas viudas que cuando oyen al ministro Eduardo Zaplana por la televisión se creen que de verdad les ha subido la pensión, y cuando llega el 31 de cada mes se dan cuenta de que los han engañado una vez más.
P. ¿Cómo es posible que se siga creando empleo y que continúe cayendo la productividad?
R. Es una de las demostraciones de que el PP no se ha preocupado por desarrollar una de las patas fundamentales en cualquier sociedad moderna como son las nuevas tecnologías, la sociedad de la información y la sociedad del conocimiento. El PP ha seguido un modelo de desarrollo más basado en la competencia internacional en base a precios bajos, lo cual quiere decir salarios bajos y mercados laborales precarios. El modelo de desarrollo que propugnamos los socialistas se basa más en la competitividad en valor añadido, productividad, innovación y en relaciones laborales estables, en formación profesional y en capital humano.
P. ¿Pasqual Margall lastra a Rodríguez Zapatero?
R. Puede sonar un poco extraño, después de algunas declaraciones que ha tenido Maragall poco afortunadas respecto al agua [dijo que no enviaría ni una gota de agua del Ebro adonde se malgasta, en referencia a la Comunidad Valenciana y Murcia] y que le he reprochado en privado, pero honestamente creo que no lastra a nadie. Es un lujo, una cabeza privilegiada. Es un catalanista obsesionado por el papel de Cataluña en España. Puede meter la pata, como cualquiera, y algunas de sus declaraciones respecto al agua del Ebro han sido una metedura de pata.
P. ¿El PSPV debería poner fin a su devoción por el PSC?
R. No sé si en este momento la hay. Es evidente que en términos históricos el PSC ha sido un referente, pero nosotros también lo hemos sido para el PSC en los años en los que el PSPV gobernaba la Generalitat. Nosotros tenemos que buscar nuestro modelo de socialismo valenciano a partir de la experiencia en los ayuntamientos donde gobernamos y de lo que representó el Gobierno de Joan Lerma.
P. ¿Con qué efectivos va a combatir el PSPV el efecto arrasador del PP con la Copa del América?
R. La Copa América es una magnífica noticia para la sociedad valenciana. Así lo hemos entendido desde el principio y hemos apoyado todos los pasos que se han dado en defensa de la candidatura. Yo mismo tuve la oportunidad de presentar unas enmiendas en los Presupuestos Generales del Estado de 2004 para que el Gobierno pusiera más dinero en las obras del Puerto de Valencia en previsión de que nos concedieran la sede. Enmienda que, por cierto, votó en contra el PP, incluidos sus diputados valencianos. Dicho esto, lo que se está poniendo de relieve es que Valencia y la Comunidad Valenciana están muy por encima, en sus posibilidades y realidades, de sus gobernantes. Ni Francisco Camps ni Rita Barberá están a la altura de los retos que tiene hoy la sociedad valenciana ni de lo que significa la Copa América.
P. Pero están en disposición de cosechar sus beneficios.
R. Es una lectura que se puede hacer. Nosotros perdimos la alcaldía en Sevilla después de la Expo. Y lo que voy a decir igual no es políticamente correcto: no me parece bien que miremos todo en término de votos. Ésa es una perversión de la democracia en la que nos está metiendo el PP y como socialista me niego entrar en ella. La Copa es buena para Valencia y los valencianos, y a partir de ahí el partido sigue.
P. Vuelve a ser cabeza de lista por Castellón.
R. Como he querido desde el principio.
P. Se dice que Joan Lerma no le ha permitido que lo fuera por Valencia.
R. No es verdad. Nunca encontrará unas declaraciones mías en las que me postulara como cabeza de lista por Valencia. Lo he sido por Castellón y me he encontrado muy a gusto. He tenido un apoyo muy importante por parte de los compañeros del partido y los ciudadanos de Castellón, soy una persona agradecida y creo que debía a Castellón volverme a presentar. Tampoco sé que Joan Lerma tuviera interés por encabezar Valencia. Es cierto que yo soy de Valencia y mi agrupación es la de Russafa, pero lo importante es estar donde uno se siente cómodo y es útil. Y es un lujo tener a Carmen Alborch como cabeza de lista.
P. ¿Joan Ignasi Pla actúa ya como secretario general del PSPV o continúa hipotecado?
R. No le he visto hipotecado, porque las familias han dejado de existir. Superados los momentos de conflicto que tuvimos en el pasado, el posicionamiento de la militancia es muy diferente. En el PSPV tenemos muchas ganas de que nos salgan bien las cosas, no por nosotros sino porque hay un amplio electorado progresista que tiene ganas de tener otro gobierno y otras políticas.
P. ¿A Pla también le hacen falta dos tardes?
R. La verdad es que ésta es otra frase que forma parte de las bromas privadas entre José Luis y yo desde mucho antes de que él fuera candidato a la secreta´ría general del PSOE. O sea que no.
P. Se dice que la rebelión de Alicante, en la que se abrió expediente a cinco diputados provinciales que desafiaron a la ejecutiva nacional del PSPV, estaba instigada por usted.
R. Sí, me cabrea bastante porque ni los conozco. Supongo que ser miembro de la ejecutiva te coloca en una situación en la que alguna gente utiliza tu nombre si creen que con ello se pueden beneficiar. Estoy un poco harto de eso. Entiendo que mis adversarios políticos están en el PP y no en el partido socialista. Y me gustaría pensar que todos lo militantes y dirigentes del partido piensan como yo.
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