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El Rey insta a la empresa privada y el sector público a cooperar para promover la investigación

Camps sugiere un plan para fomentar las inversiones privadas en servicios avanzados

La necesidad de crear un tejido social propicio a la investigación y la innovación como resultado de la colaboración entre empresas e instituciones públicas fue el eje de la ceremonia de entrega de los Premios Jaume I que se celebró ayer en Valencia. El Rey aprovechó su breve alocución para aplaudir "el ejemplo de cooperación entre el sector público y la iniciativa privada" para potencias la investigación que representan los galardones que entrega la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados con el patrocinio de grandes compañías, empresarios e instituciones.

"En España, el apoyo a la ciencia del sector productivo es muy pequeño"

El Rey celebró la "llamada de atención" que constituyen los Premios Jaume I como modelo de cooperación en la "potenciación de nuestra actividad investigadora como un compromiso colectivo y una prioridad irrenunciable".

El mismo espíritu inspiró las breves intervenciones de Íñigo Oriol, presidente de Iberdrola, quien subrayó que "el espíritu empresarial está llamado a jugar un papel activo" en apoyo de la investigación para estimular "la excelencia en los jóvenes"; o del portavoz de los patronos valencianos de la FVEA, Francisco Murcia, quien recordó que el padre Jofré pudo abrir en Valencia en el siglo XIV el Hostal de Inocentes Locos, considerado el primer hospital psiquiátrico del mundo, gracias al apoyo de los comerciantes de la ciudad.

Santiago Grisolía, presidente de FVEA y auténtico promotor de los galardones, agradeció al "más querido de todos los reyes españoles" la proyección que otorga su patronato a los Premios Jaume I.

Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, ofreció el cableado de la ciudad con fibra óptica como una contribución al acceso universal a las nuevas tecnologías.

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Y Francisco Camps, presidente de la Generalitat, retomó el carácter "fundamental" de la interacción entre el sector público y la iniciativa privada, una colaboración que pretende impulsar a través de una plan de atracción de inversiones en servicios avanzados. El presidente de la Generalitat apuntó que tal proyecto pretende "incrementar de manera sustancial la participación privada en la financiación de los programas de investigación, desarrollo e innovación para elevar la capacidad tecnológica" de las empresas valencianas y "promover un tejido empresarial que confíe en sus posibilidades".

Los cinco galardonados, por su parte, ofrecieron su propia versión sobre el tejido social en el que desarrollan su labor una vez concluidos los discursos oficiales.

Carlos Martínez, jefe del Departamento de Inmunología y Oncología del Centro Nacional de Biotecnología de la Universidad Autónoma de Madrid, aseguró: "En España, el apoyo a la ciencia del sector productivo es muy pequeño en relación con otros países europeos de su mismo nivel". Según su versión, tanto la Administración como los propios científicos comparten cierta responsabilidad por la escasez de recursos para investigación porque "no han sido capaces de crear un lobby que ejerza como motor para el desarrollo científico y tecnológico".

Eugenio Coronado, director del Instituto de Ciencia Molecular de la Universidad de Valencia, explicó que "la estabilización del personal investigador sigue siendo una asignatura pendiente del sistema español de I+D+i". Coronado apuntó que "las universidades todavía siguen sin creerse que la excelencia se consigue a través de la investigación", una actitud que redunda en el conjunto del sistema de investigación. "Existe demasiada precariedad y una falta de planificación y de perspectivas importante, tanto a nivel estatal como en comunidades autónomas y universidades", añadió.

Antonio Bayés, catedrático y responsable del Institut Catalá de Cardiología, sugirió que la investigación con células madre, una posibilidad científica cuya autorización por el Congreso avanza a duras penas en su tramitación parlamentaria, "será una realidad" y se utilizará de manera "rutinaria" en la regeneración de las dolencias cardíacas en menos de cinco años.

Miguel Delibes de Castro, biólogo y divulgador científico, puso el acento el carácter "insostenible" del uso de la energía en las sociedades avanzadas y aseguró que "es una realidad que el empleo masivo de combustibles fósiles está acelerando el efecto invernadero en algunos lugares del planeta".

Delibes también instó al Gobierno a adoptar medidas para prevenir catástrofes marítimas como el hundimiento del Prestige cuya periodicidad ha convertido "en un gran problema" hechos considerados "accidentes catastróficos".

El Rey posó ayer en la Lonja de Valencia flanqueado por los galardonados y organizadores de los Premios Jaume I.
El Rey posó ayer en la Lonja de Valencia flanqueado por los galardonados y organizadores de los Premios Jaume I.JORDI VICENT

Pandora y Carlos IV

Pedro Schwartz, galardonado con el Premio Jaume I de Economía, tomó la palabra ayer en la Lonja en nombre de todos los galardonados para ofrecer su particular lectura de las grandes metáforas que han representado el progreso científico.

Schwartz recordó el mito de Prometeo, que osó llegar al Olimpo para robar el fuego que los dioses habían negado a los mortales y fue castigado a un martirio sin fin: atado a una roca, los buitres hurgaban cada día en unas vísceras que se regeneraban cada noche.

Y prefirió identificar el progreso científico con la bella Pandora, cuya curiosidad al abrir la caja que Zeus le había encomendado desató terremotos y enfermedades. Pandora sólo pudo retener la esperanza en el interior de la caja cuando logró cerrarla.

Schwartz optó por la curiosidad de Pandora ante una caja que contiene todas las fuerzas del bien y del mal como una aproximación "sana" al progreso científico, capaz de generar guerras, pero, simultáneamente, garantía última de la paz duradera.

El Rey, en su alocución, evitó los mitos pero se remontó a la historia para recordar la participación del valenciano Francisco Javier Balmis en una operación de auténtica transferencia tecnológica hace doscientos años. Un caso que el Rey identificó con la "llamada de atención" que representan los Premios Jaume I como modelo de cooperación entre la iniciativa privada y el sector público en la España actual.

Balmis encabezó en 1803 por expreso deseo de Carlos IV una expedición que debía trasladar la vacuna de la viruela a Suramérica y Asia en 1803. El éxito de la misión lo glosó Ignacio Chávez, un médico mexicano, en unas palabras que citó el Rey en su discurso: "España escribió una de las páginas más limpias, más humanas y de más auténtica civilización de la historia".

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