El PSC e ICV defienden que el tripartito de Barcelona funciona

El vaso se puede ver medio lleno o medio vacío, y en las filas del PSC parece que se opta por lo primero. Ferran Mascarell, portavoz del gobierno municipal, señaló ayer, a la vista del resultado electoral del pasado domingo, que el tripartito -PSC, ERC e ICV- que gobierna Barcelona es perfectamente factible en el resto de Cataluña. "Es la primera vez que se da en términos catalanes lo que ya viene funcionando en Barcelona. Se puede afirmar que Cataluña se aproxima a Barcelona", destacó ayer Mascarell, quien enmarcó el descenso del PSC en la misma coyuntura que el de CiU: "Los grandes bajan, en favor de los pequeños en un momento en el que se está imponiendo un discurso más radical", dijo.

El portavoz municipal añadió que en el resultado de las elecciones autonómicas se nota el peso de una generación nueva "con muchas incertezas y con un sentimiento identitario muy fuerte".

Imma Mayol, tercera teniente de alcalde de Barcelona, dijo que se ha terminado el argumento de que ICV sube por la coyuntura: "Es una subida de fondo que no tiene nada que ver con las movilizaciones contra la guerra y mucho, en cambio, con los programas". Mayol también considera que con el resultado de las urnas, es "perfectamente" posible formar un gobierno de iezquierda en Cataluña "y demostrar que se puede progresar sin victimismos".

Joan Puigdollers, portavoz de CiU, subrayó que pese al avance de ERC e ICV y el retroceso de CiU respecto a 1999, la formación convergente sigue siendo la alternativa del PSC en la ciudad de Barcelona, "donde los socialistas se están hundiendo".

Por su parte, Alberto Fernández Díaz, del PP, se preguntó qué pasará en el consistorio si ERC pacta con CiU para gobernar en Cataluña: "En esa tesitura está claro que Jordi Portabella [segundo teniente de alcalde, de ERC] tendrá que dimitir y dejar el gobierno municipal. De esa forma [el alcalde Joan] Clos se verá obligado a gobernar en minoría, que fue lo que nosotros propusimos tras el resultado de las municipales para evitar una radicalización de Barcelona".