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Imaz y Egibar terminan igualados la primera vuelta electoral del PNV

La victoria en Álava resultará decisiva para dirimir la carrera por el liderazgo

Finalizada la primera vuelta dentro del PNV para el relevo de Xabier Arzalluz al frente del partido, el desenlace está más abierto que nunca. Joseba Egibar se ha impuesto en Guipúzcoa, y Josu Jon Imaz, en Vizcaya. Pero para lograr mayoría en la Asamblea Nacional, resultará fundamental Álava, donde ha ganado por escaso margen el actual portavoz del partido. Ambos han confirmado que seguirán en la segunda vuelta, que concluye el 31 de diciembre.

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"Los dos candidatos estamos en igualdad de condiciones; ahora empieza realmente el proceso", aseguran los que apuestan por el consejero de Industria y portavoz del Gobierno vasco. La primera vuelta de la elección interna se ha caracterizado por la dureza de la pugna entre los dos aspirantes, ambos guipuzcoanos.

Imaz ha tenido el apoyo de las dos principales ejecutivas regionales, la de Vizcaya y la de Guipúzcoa, por lo que partía con ventaja. Pero su oponente la ha ido recortando hasta el punto de equilibrar casi las fuerzas. Imaz ha conseguido el respaldo de 103 organizaciones municipales, por 89 Egibar.

Sin embargo, no se puede perder de vista que 19 juntas han respaldado a Arzalluz, que no estará en la segunda vuelta. Es de suponer que quienes han votado al presidente saliente serán más proclives a su candidato, que es Egibar.

Imaz presenta una holgada mayoría -74 juntas municipales, frente a 34 de Egibar- en Vizcaya, que representa el 82% de la afiliación. El País Vasco francés también apoya a Imaz, por tres asambleas a una. Pero Egibar ha conseguido un mayor respaldo a su candidatura en las tres restantes organizaciones regionales. En Guipúzcoa ha ganado a Imaz por 34 a 12, en Álava por 17 a 13 (mientras otras 14 juntas han votado a Arzalluz) y en Navarra, por cuatro a uno. En Álava, el portavoz del PNV se ha impuesto en las cuatro juntas de Vitoria y en las de Llodio y Amurrio. El bajo resultado del consejero de Industria en Guipúzcoa ha constituido una sorpresa.

El cambio de signo entre las bases de esta organización regional, pese al apoyo que la ejecutiva ha brindado a Josu Jon Imaz, se ha producido tras una reñida campaña interna en la que han imperado en las asambleas municipales debates -muchos de ellos acalorados y de una dureza desconocida en el PNV- antes de proceder a votaciones en muchos casos ajustadas. Se trata de un paisaje inusual en un partido que no había necesitado nunca vivir como unas auténticas elecciones la primera vuelta, destinada en principio a seleccionar a los candidatos que en la segunda vuelta podrán concurrir ante los afiliados.

La emotiva despedida del presidente del PNV, Xabier Arzalluz, el pasado domingo, una semana antes de finalizar la primera vuelta que estaba en plena efervescencia, fue un gesto bien calculado para incidir en el apoyo a su claro favorito, Joseba Egibar, por quien en esta campaña ha roto una lanza, comprometiendo su neutralidad. De hecho, Arzalluz se ha "empleado a fondo internamente en contra de Imaz", indican desde el sector que apoya al consejero de Industria y portavoz del Gobierno vasco, y en varias ocasiones ha lanzado advertencias para que los afiliados reflexionen en manos de quién van a dejar el partido.

Los rumores interesados de los últimos días sobre una posible retirada de Imaz en función de los avances de Egibar han añadido tensión a la pugna. "Las intoxicaciones han llegado a un nivel que son ellos los que han provocado que Imaz saliera a la palestra para dejar claro ante la militancia que estaba en la liza y que la quería ganar", indican desde el sector que le apoya. El miércoles Imaz oficializó su candidatura al confirmar que había remitido una carta a la Comisión de Garantías y Control del partido en la que acepta ser candidato. El consejero abandonaba así el voluntario segundo plano en el que había permanecido, confiado en obtener una ventaja mayor de la que ahora disfruta.

Josu Jon Imaz (izquierda) y Joseba Egibar, en los pasillos del Parlamento vasco.
Josu Jon Imaz (izquierda) y Joseba Egibar, en los pasillos del Parlamento vasco.PRADIP J. PHANSE

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