¿Quién es más catalán?
La campaña ha tenido dos ejes, el debate entre derechas e izquierdas y el intento de apropiación de la catalanidad por parte de algunos
Josep Maria Girona. Joan Saura ha intentado llegar a un ámbito social y político más allá del que representa su partido. Ha sido el que ha hecho un discurso social muy reiterativo pero capaz de convencer a gente no situada ya en un voto determinado. Su gran reto es retener el voto de las municipales, un voto que muchos consideran prestado.
Margarita Rivière. Josep Piqué ha introducido un nuevo estilo que denota que estamos en una etapa nueva, en una Cataluña distinta. Ha hecho política sin complejos catalanistas. Es el mejor candidato que ha presentado el PP. El hecho de que no aspire a la presidencia le ha permitido relajarse y ha trabajado a cuatro años vista. Ha procurado dar una versión blanda del discurso del PP en España. Y ha dejado claro que no es lo mismo que Mayor Oreja, a pesar de que está en el mismo partido. Con todo, sobre Piqué pesan la sombra de Aznar y la credibilidad del PP cuando dice que nadie ha invertido tanto en Cataluña como su partido.
"Mas ha buscado el voto de los suyos acusando de deslealtad patriótica a sus adversarios"
"He visto un Maragall que ha trabajado y que ha reaccionado poco a los ataques de Mas"
"Piqué ha dejado claro que no es Mayor Oreja aunque pertenezcan al mismo partido"
"La gente no ve motivo de alarma que justifique el Gobierno de concentración de Carod"
"El reto de Saura es retener el voto de las municipales que algunos consideran prestado"
Sergi Pàmies. Carod ha transmitido una imagen de seriedad. El problema es que tiene dos electorados. Por una parte, un voto joven, muy convencido de que se trata del único candidato independentista. Por otra, ha intentado arrancar votos del PSC y de CiU. Aquí tiene más problemas. En la medida en que Mas ha radicalizado su discurso, puede haber un votante que se conforme con este Mas radical para asegurar la estabilidad. He visto mejor a Carod que a su partido. Su principal error ha sido verbalizar la necesidad de un Gobierno de concentración. Esto crea alarma porque el ciudadano no percibe una situación tan dramática que tenga que resolver un Gobierno de concentración.
Joan Subirats. Pasqual Maragall, en la campaña, ha ido de más a menos. Parecía tener controlados los grandes temas, pero al final ha dispersado el mensaje con una cadena de promesas agotadora que da la sensación de todo a cien. Mantiene clara la preeminencia de la alternativa, pero ésta viene más por la erosión de un mismo partido en el gobierno durante 23 años que porque haya construido un mensaje alternativo. Ni el PSC ni CiU repetirán los resultados de hace cuatro años. He visto un Maragall que no ha sido disciplente, que ha trabajado, no daba la sensación de sobrado. En el debate televisivo me sorprendió que reaccionara poco a los ataques de Mas. Un valor que ha tenido la campaña socialista es que se ha mantenido mucho como campaña del PSC y no del PSOE.
Pàmies. Bono ha hecho más daño a Maragall que Andorra a Mas. Lo de Bono ha escenificado un lío más... mientras que lo otro es un patinazo gordísimo.
Subirats. El gran problema del PSC, y de CiU, es que los jóvenes ven como un voto antiguo el voto a los partidos que han gobernado.
Rivière. De ahí que Mas insistiera en que el cambio es generacional, no de partido.
Josep Ramoneda. Ya conocemos las características de Mas. Es una persona más aseada que atractiva, más profesional que carismática. Se lo trabaja minuto a minuto. Tiene un momento excelente, este verano, con los incendios. Lo capitaliza electoralmente, encuentra el tono exacto, sin que se note demasiado. En septiembre hay un bajón importante. En cambio, cuando entra en campaña, en los 15 días de campaña oficial, se encuentra con una ventaja. La campaña que ha de hacer es fácil, la misma que hizo Aznar en las elecciones municipales: intentar reunir el voto de los suyos. Y lo hace de una manera reprobable. Es lamentable que a estas alturas acuse de deslealtad a la patria a sus adversarios.
Pàmies. Los otros no reaccionan.
Ramoneda. Exactamente. Si estuviésemos en Estados Unidos, quedaría como imagen de estas elecciones el momento en que Mas le dice a Maragall: "Usted no cree en Cataluña", y Maragall, en lugar de hacer un gesto de presidente, a lo de Gaulle, y levantarse del debate... calla. Frente a ello, Mas arrastra dos iconos negativos: el patinazo de Andorra y las "trampas" en la educación a las que se refirió Pujol. Ha hecho lo que podía hacer. Ha jugado con la cuestión del cambio de generación ya que no podía presentarse como el cambio que no es y al mismo tiempo, después de haber hecho el error más grave de la campaña, engordar Esquerra, ha empezado a olvidarse de Esquerra e insistir en acusar de deslealtad y traición a la patria a todos y muy especialmente a su rival más inmediato, el PSC. Esto ha cundido. Falta por saber en qué medida.
Girona. Esta campaña ha sido larga porque viene de lejos, desde 1999. Maragall aguanta en la oposición y CiU lanza su relevo. En estos 15 días, porque la campaña hace tanto tiempo que dura, ha habido más táctica que política. Este verano parecía que la distancia de los socialistas era sólida y esto ha llevado inicialmente a Maragall a preocuparse más de no cometer errores que de plantear alternativas. Tras el debate de televisión, en el que se vio un Mas muy agresivo con un Maragall evitando entrar en su juego, hubo un cambio por parte de Maragall. Una campaña tan larga y táctica como ésta favorecerá a los partidos minoritarios.
Rivière. Yo añadiría algo sobre la campaña. Ha sido diferente a las de otras épocas. Por una razón: la gente ha percibido claramente la pluralidad. Tras Pujol, la pluralidad. Aquí tendremos un reto. Ahora empezaremos a ver si es cierta la fama de los catalanes de que somos tan pactistas. Por otra parte, me ha sorprendido que Maragall haya dado por supuesto que todo el mundo recordaba que ha sido la persona que ha hecho lo más importante para Cataluña en estos años, los Juegos Olímpicos. Un éxito que se arrastra hasta ahora. ¿Por qué no ha salido? Por parte de los adversarios, lo entiendo perfectamente. Ahora, él ¿por qué no lo ha recordado?
Ramoneda. Los socialistas deberían haber aprendido que las campañas pensadas para no fracasar, esperando los errores de los demás, no sirven. Hay que arañar votos. Hacer una campaña desde la perspectiva de que uno es el titular y los demás son los aspirantes tiene riesgos, como pudo comprobar Clos en las municipales de Barcelona. Me gustaría pensar que entramos en un tiempo nuevo y distinto. Esperaré al lunes para ver si la apelación patriotera de CiU tiene éxito o no. Una alternancia en forma de Gobierno tripartito sería un cambio importante y significaría que nos adecuamos a una situación normal con un bloque de derechas y otro de izquierdas, más o menos complejos, y que el nacionalismo ya está repartido por todas partes y no es un factor tan distorsionador o importante como lo era antes. Pero no sé si pasará.
Subirats. Con todo, ha habido un aspecto positivo de la campaña, y es que se ha intentado acercar más a los problemas reales del ciudadano. Curiosamente, hace un mes parecía que el Estatut sería el tema central de campaña y no lo ha sido. Se ha hablado más de los problemas de la gente... hasta llegar a las agotadoras subastas de promesas en las que se ha hecho un discurso más de cheque que de modelo de sociedad. Un aspecto negativo es que apenas se ha hablado del resto del mundo. Qué hace esta Cataluña en esta Europa y en el mundo. Tras la movilización bestial contra la guerra, la campaña ha sido de un localismo exacerbado. Hemos acabado hablando del precio de los libros. Está muy bien hablar de los libros, pero ¿qué visión damos a la gente joven, por ejemplo, de la globalización?
Girona. Si alguien ha planteado algún elemento de este tipo ha sido Maragall con la eurorregión.
Subirats. Sí, pero con poca pedagogía. Los partidos no han hablado de solidaridad, de la dimensión internacional de ser catalán. En este sentido, ha sido una campaña provinciana.
Pàmies. Sobre lo que se ha debatido en esta campaña, discrepo de algunas opiniones anteriores. Creo que estas elecciones son sobre quién es más catalán, no sobre quién es más de izquierdas o de derechas. Pero al mismo tiempo hay una tendencia paralela, muy potente, por parte de Esquerra e Iniciativa. ERC, dando por supuesto que son catalanes, pueden ir a hacer cosas de izquierda. Hay dos tendencias en esta campaña. Una, ver quién tiene el patriotismo más largo y mayor, y otra, ver quién conecta socialmente más, no ya con los problemas de la gente, sino con un nuevo mundo. La jugada maestra en este aspecto ha sido la de Iniciativa, que ha renunciado a la subasta de promesas y ha mantenidoun discurso coherente con la tradición de izquierdas. Ofrecer pagar la mitad del alquiler por parte de la izquierda es una vergüenza porque el Estado no ha de pagar la mitad del piso. Lo que tiene que hacer es conseguir que los pisos valgan la mitad. Creo que se ha de regalar todo a quien no tiene nada. Ahora bien, si haces 14 centros de atención primaria con el dinero que repartes a las familias, estás dando mucho más. Con estas políticas no defiendes valores. Antes eso se suponía que lo hacían las izquierdas. Ahora ves que la derecha también defiende valores. El PP defendiendo el Estatut es insólito. Otro tema, absolutamente secundario y anecdótico, es la promesa de conexión a Internet para todos. Conseguiremos que los analfabetos estén conectados, pero eso no mejorará su vida. Dando Internet a todo el mundo no se arregla nada si no se arreglan otras cosas antes. Es como regalar un gato y una cafetera por cada voto. No tiene sentido.
Rivière. Es una falta de respeto hacia el Estado de bienestar. Lo entienden como un regalo.
Subirats. En esta línea me ha molestado el lema El PP entiende lo que pasa y sabe lo que hay que hacer. Este eslogan viene a decir que los ciudadanos no se preocupen. Danos el voto porque sí.
Ramoneda.Y contradice el lema de Piqué: más sociedad y menos política.
Subirats. La hipótesis de fondo es: delegad en nosotros y lo haremos todo. Las campañas más modernas que se han hecho en Europa van en sentido contrario, para que el ciudadano se sienta responsable. Los políticos han de hacer una sociedad más responsable de su futuro y no fomentar esta comodidad de delegar en ellos.
Ramoneda. Hay un estudio de un discípulo de Maravall que demuestra que, incluso en el País Vasco, la opción derecha-izquierda pasa por delante de la nacionalista-no nacionalista. Independientemente de que en estas elecciones se demuestre que el factor nacionalista es más o menos grande, lo seguro es que el monopolio de este nacionalismo se ha roto.
Pàmies. Se ha atomizado, pero no se ha roto.
Ramoneda. Pujol llegó a decir aquel disparate de que no debería haber más de un partido en el espacio nacionalista. Carod, sin embargo, sobre todo antes de empezar la campaña, construyó una teoría de nacionalismo de bienestar frente a un concepto identitario del nacionalismo.
En otro orden de cosas, creo que el eslogan del cambio está gastado por los socialistas españoles y que en estas elecciones ya se ha producido un cambio: Pujol no está.
Rivière. A mí me ha gustado una cosa de Maragall: cuando dijo que quería ir a España a mandar. Tan claro no se había dicho. Aquí hay un desacomplejamiento del catalanismo. Esta campaña ha erosionado las ideas del pujolismo. Hemos entrado en el pospujolismo.
Girona. Pujol no se ha despedido de la mejor manera diciendo que, para Cataluña, es más importante CiU que el propio Estatut; que no es bueno que haya más de un partido dentro del ámbito nacionalista.
Ramoneda. Se le habrá de conceder el tiempo que tendrá hasta la toma de posesión del próximo presidente para hacer una despedida más solemne. Acabar de esta manera es acabar en punta.
Subirats. Ha sido curiosa su insistencia en los últimos días en recordar que él no se presenta, que se presenta Mas.
Ramoneda. Hay una razón técnica. Hay gente que no lo sabe y hoy puede haber gente que vaya a votar a Pujol, como hay gente que piensa que Maragall se presenta por Convergència; esto se ha detectado en las encuestas. Y a eso ayudan frases como la de Felipe González diciendo que Maragall es el heredero de Pujol.
Subirats. También ha quedado claro que el PP y ERC tienen un interés claro en que no gobierne CiU. Y ello puede hacer que el votante indeciso entre CiU y Esquerra... acabe inclinándose por CiU.
Pàmies. Y ERC lo ha reforzado con su indefinición y la temeridad de proponer un Gobierno de concentración. Aunque ellos saben lo que dicen, la gente lo percibe con alarmismo y como algo poco práctico. Con el pacto tripartito hay cierto temor a lo que pase hasta que se aclaren. Que paralice más que estimule. No hay traslación de la experiencia municipal.
Ramoneda. Si las corrientes del país fluyesen solas, se iría a parar a la peor solución, un gobierno de coalición PSC-CiU. Hay una tendencia en la fase central del electorado a buscar refugio en ello.
Rivière. Maragall ha dicho que no lo hará.
Subirats. Sería una estafa.
Pàmies. Pero también hay una cierta militancia de querer a unos contra los otros. Uno es del Barça y antimadridista.
Ramoneda. Esto es el núcleo militante. Los entornos de los partidos buscan estabilidad y este dibujo da sensación de estabilidad.
Rivière. A un sector muy concreto. Estamos exagerando un poco. La gente entiende que esta campaña es importante. Y ha sido una campaña bastante civilizada, a excepción de estos últimos días cuando, por ejemplo, oí a Mas diciendo que Maragall quería destruir Catalauña. No se lo cree ni él.
Ramoneda. Me gustará ver la tasa de participación.
Girona. En cualquier caso, esta campaña no sólo ha sido más civilizada que la de Madrid, sino más plural. Hay muchos más partidos con opción de gobernar.
Subirats. Esto reafirma la singularidad catalana. No hay bipartidismo. Esto sólo se da, también, en el País Vasco... pero con ETA.
Pàmies. Habrá un aumento lo suficientemente considerable del voto en blanco como para que Cataluña sea líder en esta materia.
Ramoneda. Kepa Aulestia me contaba desde Bilbao que lo que más le ha sorprendido de estas elecciones es que nadie diga que quien llegue primero es el que tiene que gobernar.
Girona. Estamos asistiendo a un hecho histórico. El presidente de la Generalitat no se presenta. Estamos en una situación de cambio, en una situación abierta.
Subirats. La gran diferencia respecto a hace cuatro años es la ausencia de Pujol.
Ramoneda. Sí, pero esto quiere decir que la marcha de Pujol ya estaba amortizada.
Subirats. Esta campaña ha sido importante porque en otras todo estaba decidido. Aquí no. Y las encuestas lo han acentuado. Hay un 20% de indecisos.
Ramoneda. En cuanto a CiU, ha tenido que arrastar el lastre de credibilidad por tantos años de gobierno. Pero ha jugado con signos para reforzar la idea de cambio generacional. La Cataluña trilingüe va en esta línea. Los padres quieren que sus hijos sepan tres idiomas.
Subirats. Ha habido un uso abusivo de las instituciones y de la propaganda institucional por parte de CiU.
Rivière. El lema ya era una apropiación de Cataluña. Ello es el resultado de 23 años de pujolismo.
Subirats. Saura recordó que se ha gastado más en propaganda que en accidentes laborales. Ha habido anuncios de becas que costaban más que las mismas becas.
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