Una cena siciliana

Buena compañía, buena mesa y buena música. He aquí la tríada del buen viaje para este actor, chico Almodóvar para los restos, que ahora recala en Madrid con la obra teatral Como en las mejores familias.

Viajó con ocho amigos a Sicilia en furgoneta. Recuerde algún lugar.

El primer nombre que me viene a la mente es Brolo, un pequeño pueblo en la costa, cerca de Mesina. Allí tomamos una exquisita cena siciliana a base de pasta a la sardina y tomate, y supimos que Lampedusa había escrito en aquel lugar parte de su novela El gatopardo. Conocimos a un tipo que había sido abogado de la Mafia. Nos contó muchísimas historias, pero a medida que el tipo iba bebiendo resultaba más ininteligible.

¿Fue su único contacto con la Mafia?

No. También estuvimos en Prizzi y Corleone, que tiene su museo de la Mafia, aunque estaba cerrado. No importó, los viejecitos del lugar amedrentaban. O a lo mejor era mi imaginación.

Dispare flases mentales de su recorrido.

El mercado del Pesce y los palacios de Catania, espectaculares. El teatro de Taormina. Las ruinas de Siracusa, maravillosas. Las playas de Cefalú, increíbles. Y esos desayunos con zumos recién exprimidos y pan caliente en las casas rurales.