"Hay que defender la democracia con uñas y dientes"

Antonio Resines (Torrelavega, Cantabria, 1954) ha rodado más de setenta películas, en su mayor parte comedias, y se ha convertido en uno de los rostros más populares de la tele. Los Serrano, la serie que protagoniza, junto a Belén Rueda, en Tele 5, arrasa entre la audiencia -"más de seis millones de espectadores el pasado martes"- . A su currículo, el actor ha añadido ahora la faceta de productor teatral. La actriz Kiti Manver, protagonista, junto con Jesús Castejón, de Una habitación luminosa llamada día, le mostró el libreto a Resines hace unos meses y a él le gustó la idea de apoyar económicamente, junto con otros productores, el montaje de la obra de Tony Kushner, situada en la Alemania de la República de Weimar, un año antes de la toma del poder de Hitler.

El dramaturgo norteamericano pasa por ser uno de los heredero del teatro comprometido. "Una habitación luminosa llamada día es una obra sobre las relaciones entre las personas y lo que pasa con ellas cuando se enfrentan a un hecho desproporcionado que en este caso es el fascismo", aclara Resines. "Yo no diría que se trata de una obra militante, pero sí que es un montaje político en el que se defiende la democracia, y realmente creo que vivimos un momento en que hay que defender la democracia con uñas y dientes". En la adaptación española, realizada por Paula Soldevila, hay referencias a Bush, Aznar, el Prestige o la vivienda. El día del estreno, en Avilés, y en algunas de las representaciones en el teatro Albéniz de Madrid, algunos espectadores abandonaron la sala en el intermedio de la función. ¿Un acto de protesta o de aburrimiento? "Los periódicos de la derecha lo han calificado como un rechazo a las críticas que se vierten contra el PP y a lo mejor es por eso, pero también hay que tener en cuenta que se trata de una obra larga -dura más de dos horas- y el lenguaje, entre crudo y poético, resulta, a veces, un poco difícil".

Como ciudadano, Resines cree que en los últimos meses en el mundo están ocurriendo cosas "terribles" que ponen en peligro la estabilidad mundial y que la gente, "además de votar, tiene que denunciar lo que los políticos hacen mal".

Una habitación luminosa llamada día tiene contratada ya una gira por casi cuarenta ciudades para los próximos meses, pero, pese al apoyo que presta al teatro, Resines no parece decidido, como han hecho otros grandes actores, a subir a un escenario de manera inmediata. El pretexto es el rodaje de Los Serrano, que le mantendrá ocupado hasta el verano, aunque reconoce que en su carrera como actor sólo ha trabajado una vez en el teatro, "vestido con una faldita de romano", en una adaptación de un texto de Plauto realizada por Alonso de Santos. "Para un actor, lo más sensato es hacer teatro, pero personalmente me gusta más el cine, que es el medio en el que nací como actor, o la tele, que es casi lo mismo pero más comprimido".

No han trascurrido ni quince minutos de entrevista y Resines recibe los primeros saludos de amigos o de seguidoras que le piden autógrafos -"me encanta todo lo que haces", le dice Noelia-, pero él no se inmuta por los halagos. El protagonista de Dos tipos duros ejerce como si interpretara a uno de sus entrañables personajes.