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Entrevista:Tzvetan Todorov

"La anarquía de Irak es peor que la dictadura"

Para el universitario español de una cierta edad el nombre de Tzvetan Todorov aparece ligado a estudios literarios de referencia: Crítica de la crítica (1991), Literatura y significación (1974), Investigaciones semánticas (1978). A partir de los años ochenta, Todorov alternó sus textos de crítica literaria con trabajos de historiador, antropólogo o filósofo. Ahora, con El nuevo desorden mundial, este búlgaro afincado en Francia y que alterna sus clases en París con las universidades en Estados Unidos, escribe su primera obra de "intervención", un libro "político", marcado por la urgencia.

"Es verdad que es mi primer libro de este tipo, pero el último capítulo de Memoria del mal, tentación del bien (Península, 2002), centrado en la guerra en Yugoslavia y la intervención en Kosovo, ya lo prefiguraba. Hace algún tiempo que me sentía atraído por la posibilidad de participar en el debate público. Abandoné mis estudios literarios para iniciar un recorrido por las llamadas ciencias humanas hace veinte años. Es un periodo que puede verse como un aprendizaje y que ahora me permite utilizar todo el saber acumulado para hablar del presente, para intervenir en el debate de ideas. El nuevo desorden mundial se interesa por cuestiones relacionadas con la democracia, el imperialismo y las intervenciones militares. En Nous et les autres (1989) o en Face à l'extrême (1991) las consideraciones que ahora hago sobre la actualidad las planteé sobre el pasado. Si esta vez ha querido reaccionar en caliente también es porque tengo el sentimiento de que la invasión americana de Irak es un acontecimiento político de gran magnitud porque, por primera vez desde la II Guerra Mundial, la opinión pública europea y la estadounidense han reaccionado de manera opuesta y, al mismo tiempo, ese alejamiento ha ido unido al nacimiento de una reacción común de la población europea que, en algunos casos, estaba en abierta contradicción con sus gobiernos".

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PREGUNTA. Usted acabó de escribir el libro en junio, ¿los hechos ocurridos después modifican en algo su análisis?

RESPUESTA. No, pero no me vanaglorio de ello puesto que las tendencias ya estaban claras. En el libro digo que la democracia no es algo que se importe como un producto comercial, sino que necesita de una estructura social para poder implantarse con solidez. Digo también que la anarquía es peor que la dictadura porque si ésta supone depender de la arbitrariedad de uno, aquélla comporta la arbitrariedad de todos. El precio pagado por liberar el país de un dictador espantoso como Sadam es altísimo: hoy en Irak se vive peor, la gente muere, carece de electricidad y agua y si bien no puede decirse que la culpa sea del Ejército americano, sí lo es de la intervención.

P. Irak no era una base del terrorismo.

R. Estados Unidos no ha dicho nunca que Irak lo fuese sino que podía serlo. Es la idea de la guerra preventiva, un principio que estimo peligrosísimo introducir dentro del sistema de relaciones entre Estados, máxime cuando uno de ellos decide unilateralmente sobre la peligrosidad de los demás. El terrorismo es un mal contra el que hay que luchar, pero con el que no valen los recursos de la guerra convencional, no es una guerra entre Estados, sino contra individuos o grupos. El Gobierno de Irak era hostil a Estados Unidos, pero no representaba ningún peligro para Estados Unidos.

P. Usted cuestiona el adjetivo "neoconservador" aplicado a la actual Administración estadounidense y considera que debería cambiarse por "neofundamentalista".

R. Un conservador es un pesimista, alguien que duda de la posibilidad de mejorar las cosas y busca mantener un equilibrio. En el equipo de Bush domina el neofundamentalismo: fundamentalismo porque actúan en nombre de conceptos absolutos -el Bien, por ejemplo- que quieren imponer a todos, y neo porque el Bien ya no depende de la ley divina sino de los valores de la democracia liberal. Y ésta debe ser impuesta a todos, incluso recurriendo a la fuerza si es preciso. Quieren el Bien de la humanidad incluso contra los deseos de ésta.

P. Usted propone que la UE se constituya como "potencia tranquila" para contrarrestar el unilateralismo de Estados Unidos.

R. La UE nace de la experiencia traumática de la II Guerra Mundial, de sus millones de muertos. Durante años, los europeos nos hemos refugiado bajo el paraguas protector de Estados Unidos y si ahora estamos en desacuerdo con sus iniciativas, el hecho de estarlo desde un plano moral, pero seguir dependiendo de ellos cuando es necesario recurrir a la fuerza, nos sitúa en falso. La UE no puede ser como Suiza. Necesita formular claramente su ideal, que no puede ser el de la mera comodidad. La UE defiende la posibilidad de un conocimiento racional del mundo, de actuar respetando la justicia, desde la democracia y una libertad individual que nos obliga, en la medida en que creemos en la perfectibilidad del hombre, a renunciar a la pena de muerte, y a la laicidad, que es un valor que, paradójicamente, ya anunció Jesucristo cuando dijo que su "reino no era de este mundo" o separó lo que le correspondía al César de lo que se debía a Dios. Eso significa que la UE, que no acepta ni la ideocracia ni la teocracia, no tiene la voluntad de crear el paraíso ni de curar al hombre de todas su taras. Y un último valor fundador es la tolerancia que nos hace admitir las diferencias sin necesidad de aprobarlas. La "vieja Europa", el núcleo fundador de la UE, es cada vez más consciente de que necesita de ese ejército para ser una auténtica potencia regional. Reino Unido, de momento, no comparte el proyecto, pero se va abriendo camino la idea de que les conviene más ser los señores de Europa que los criados de Estados Unidos

... El caso de España es distinto porque su alineamiento junto con Estados Unidos parece depender en gran parte de la obsesión de un señor y basta con que éste sea sustituido para que se abra otra perspectiva.

Tzvetan Todorov (Sofía, 1939) vive en París desde 1963.
Tzvetan Todorov (Sofía, 1939) vive en París desde 1963.RICARDO GUTIÉRREZ

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