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Reportaje:

Los futuros policías, a examen

Más de 2.000 aspirantes se presentan a la primera prueba para cubrir 249 plazas de agentes locales en la capital

Miradas de reojo, carné de identidad en mano y muchos nervios. Son los minutos previos a una de las pruebas que pueden marcar el destino de decenas de jóvenes. La puerta del Palacio de Convenciones de la Casa de Campo se convirtió ayer en un hervidero donde más de 2.000 aspirantes a policías municipales esperaban ansiosos a realizar su primera prueba. Saben que es fácil, pero que también es donde se hace la primera criba, en la que son eliminados muchos de ellos.

A la prueba de ayer estaban llamadas las 2.539 personas (de las que el 10% eran mujeres) que pagaron los derechos de examen. Tenían que cubrir 249 plazas de policía de la convocatoria de la oferta de empleo de 2000. Sin embargo, faltaron 560 inscritos (sobre un 20%). "Es normal, porque hay mucha gente que se inscribe, pero que, cuando se convocan los exámenes, ya han conseguido un empleo y no les interesa venir", señaló el máximo responsable del tribunal, el concejal y presidente de la Junta Municipal de Barajas, Tomás Serrano, del PP.

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Una compleja carrera de obstáculos

Dos voces femeninas nombran uno por uno a todos los aspirantes. Tras comprobar su identidad reciben un impreso donde deben responder con lápiz las preguntas de un amplio examen psicotécnico y de un test de personalidad. El primero consta de 75 preguntas, en las que se valora el razonamiento abstracto o las capacidades espaciales o verbales. En estas últimas hay que rellenar párrafos con diversas palabras posibles. También hay cálculos matemáticos que se van complicando según avanzan las preguntas. "Es muy fácil y la gente puede hacerlo mucho antes de los 45 minutos que damos. Lo que pasa es que los nervios a veces juegan malas pasadas", comenta una de las integrantes del tribunal examinador.

Y, desde luego, que la mayoría de los presentes no logró terminarlo. Sabían que era mejor contestar menos preguntas, pero con las respuestas acertadas, que arriesgarse a fallar por correr más. "El psicotécnico era muy complicado porque había que relacionar conceptos y había muchas preguntas de figuras abstractas, en los que pierdes mucho tiempo. No creo que nadie lo haya conseguido finalizar", señaló Santiago Pascual, un madrileño de 23 años que se presentaba por primera vez a estas pruebas.

Si la primera prueba iba con límite de tiempo, en la segunda los inscritos podían utilizar todo el tiempo que necesitaran. No en vano tenían que contestar más de 230 preguntas sobre la forma de ser y su carácter. "Valoramos sobre las grandes dimensiones de la personalidad, como la honradez, la honestidad y la falta de agresividad. Son aspectos imprescindibles para los futuros policías", añade una de las psicológicas presentes en la prueba.

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Los aspirantes tenían que valorar en qué grado se identificaban con una serie de afirmaciones. Entre éstas se podía leer: "en las discusiones suelo llevar la voz cantante", "no me entrometo en los asuntos de los demás" o "suelo cumplir lo que prometo". "Esto es una lotería. Creo que he aprobado, pero sé que influye mucho el test de personalidad", comentaba Fran, de 28 años, que fue el primero en terminar las pruebas en la segunda convocatoria. Se ha presentado a más de 40 oposiciones de este tipo y por quinta vez a las de Madrid. "De estas pruebas siempre sales muy mareada porque necesitas mucha concentración en un periodo de tiempo muy corto", agregó Virginia Lozano, una pinteña de 25 años que se presentaba ayer por segunda vez.

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