Las semifinales soñadas

Las semifinales soñadas. Sin cambios en la lógica. Francia, con un primer tiempo espléndido (27-0) eliminó a Irlanda (43-27), en Melbourne, e Inglaterra, con muchos apuros (28-17), en Brisbane, al mejor Gales de los últimos años, tanto que llegó a dominar hasta el descanso (3-10). Así, los dos teóricos mejores equipos del Norte se enfrentarán el próximo domingo, al día siguiente del gran choque de los dos reyes del Sur, Nueva Zelanda y Australia. Ambos encuentros, a las 10.00, en Canal + Deporte 2.

Irlanda se caracteriza siempre por su bravura. Ayer, Francia no le dio tiempo ni a pensar. El ojo de un huracán le pasó por encima. Con tres ensayos transformados y dos golpes de castigo, el equipo de Bernard Laporte resolvió por la vía rápida en los primeros 40 minutos desbordando a los irlandeses en todas las facetas del juego. Incluso nada más empezar la segunda parte abrumó aún más a su rival con otro golpe y un cuarto ensayo también convertido. Con 37-0 a favor, Francia se relajó y los irlandeses salvaron su humillación con tres ensayos. Pero ya estaba todo decidido. Frederic Michalak volvió a ser el gran ejecutor francés y sumó 23 puntos con un 100% de efectividad en las patadas: cuatro en las transformaciones de los ensayos y cinco en golpes de castigo.

Si Michalak fue importante, mucho más, otra vez, lo fue Johnny Wilkinson para Inglaterra. El medio apertura apuntaló, también con 23 puntos, el difícil triunfo de su equipo, con seis golpes de castigo -tras fallar el primero-, una transformación y un drop -botepronto- al borde mismo del final. Porque Gales levantó al fin su cabeza y recordó algo al gigante que fue hace décadas. Por el campo de Brisbane flotó en el primer tiempo el recuerdo del disgusto monumental que se llevó la orgullosa Inglaterra en 1999, cuando los galeses la ganaron en un último y decisivo partido del torneo de las Cinco Naciones. La derrota por un solo punto (32-31) le quitó el título y hasta el Grand Slam, pues había ganado todos los encuentros previos.

Gales, como ante Nueva Zelanda, defendió soberanamente y marcó también dos ensayos fulgurantes en zarpazos de los tres cuartos. Inglaterra, sorprendentemente desordenada, algo que ya le ocurrió en la fase previa frente a Samoa, sólo se centró tras el descanso y el ensayo de Greenwood a los 4 minutos abrió el camino de Wilkinson. Pero aún tuvo que sufrir un tercer gran ensayo galés, de delantera, tras una melée, lo que pone en duda su favoritismo. Primero, para frenar en semifinales a Francia, un vendaval de regularidad, y después, en caso de capearlo, a la potentísima Nueva Zelanda, que parece imparable para Australia.