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"La invasión española"

La 19º cumbre hispano-lusa coincide con un resurgir de ese cierto malestar crónico que España produce en algunos sectores importantes de Portugal. Este vez se ha manifestado al máximo nivel, ya que el propio presidente de la República se ha constituido en portavoz de esos sentimientos. Jorge Sampaio denunció en Madrid la existencia de un proteccionismo español que impide a las empresas portuguesas entrar en España. Sampaio habló en el Foro del diario Abc el pasado martes y sus declaraciones le han convertido en un protagonista ausente de esta cumbre por el rechazo que han provocado en la diplomacia española.

Los propios empresarios portugueses se quejan reiteradamente de los obstáculos con que se enfrentan cuando intentan competir en el mercado español. Y el caso de EDP, la compañía eléctrica portuguesa, que posee el 40% de Hidrocantábrico pero que sigue teniendo sus derechos de decisión limitados dentro de la empresa, es el ejemplo más señalado.

En mayo de 2002, un grupo de 40 empresarios e intelectuales envió al primer ministro Durão Barroso y al presidente de la República un documento donde solicitaban medidas para frenar la invasión de capital extranjero y mantener los "centros de decisión nacionales" dentro de Portugal. El texto no mencionaba a España, pero provocó un intenso debate sobre la "invasión económica española" en todos los sectores de la economía.

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