Millones, muchos; votos, no tantos
Los partidos pueden gastar hasta 15 millones de euros en la campaña, aunque esta inversión influye en pocos electores
El conjunto de los partidos podrán gastar en la campaña electoral catalana hasta 15,4 millones de euros (2.560 millones de pesetas). Éste es el límite que permiten las normativas estatal y de la Generalitat, incluido el gasto en publicidad general y el específico por enviar propaganda a domicilio. Esto supone que ningún grupo puede gastar más de 3,1 millones de euros.
La normativa fija dos límites al gasto. El primero sale de multiplicar la población de derecho (6,5 millones) por 0,34 euros, es decir, 11 millones de euros para el conjunto de las cinco formaciones que se presentan. El segundo es por los sobres y las papeletas enviados a domicilio y tiene una ayuda pública de 0,17 euros por elector (5,2 millones de personas). En estas elecciones el gasto total por la propaganda a domicilio no puede superar 4,4 millones de euros, y si rebasa este límite, debe descontarse del primero. El PSC pretende gastar hasta 3,1 millones, el máximo legal; el PP, 2,6 millones; ERC, 1,3 millones, e ICV, 1,8. CiU es el único grupo que no hace pública su previsión.
En el sector de la publicidad, sin embargo, se ponen en entredicho las cifras de gasto previsto. "Será bastante más. No hay más que ver el despliegue de vallas y carteles que se ha hecho antes de la campaña", asegura Fernando Martorell, presidente de la firma de publicidad Slogan, que ha colaborado en campañas de ERC y el PP, pero no en ésta. Xavier Vendrell, secretario de organización y finanzas de ERC, calcula que "el PSC y CiU gastarán como mínimo el doble del límite, seis millones de euros cada uno", algo que el PSC y CiU niegan.
El límite de 15,4 millones de euros corresponde al gasto que se realice en los 54 días que van desde el 22 de septiembre -cuando Jordi Pujol convocó elecciones- hasta el día electoral, el 16 de noviembre. ¿Qué ocurre con los gastos anteriores al día de la convocatoria electoral? Aunque el Tribunal de Cuentas acaba de señalar que las cuentas de los partidos son poco claras y ha destacado anomalías de contabilización, los partidos afirman que sus cuentas son nítidas en esta campaña y recalcan que lo gastado antes del 22 de septiembre es despreciable con relación al coste de la campaña.
¿Cuántos votos capta una campaña electoral? A tenor de lo que dicen los expertos y los partidos, no demasiados. Xavier Oliver, presidente de la agencia de publicidad Tiempo BBDO, que trabaja en esta campaña para CiU, asegura que los votos que se captan en una campaña "son relativamente pocos, aunque decisivos para ganar. El 20% de los votantes son fieles, casi apóstoles; el 60% son votantes casi seguros, y queda hasta un 20% que cambia de opinión y que hay que atraer".
Otro publicitario, el presidente de la multinacional Grey en España, Ildefonso García Serena, también afirma que hay pocos votantes que cambien de opinión. Este experto dice que, aunque hay que dirigirse a todos los electores, "el grupo importante al que ganar es el de los indecisos, que decide las elecciones. Y creo que esta vez los indecisos son más por lo excepcional que es que un presidente [Jordi Pujol] se retire", añade el presidente de Grey, que no trabaja en esta campaña.
Los resultados electorales confirman que las tendencias de voto son sólidas. Al margen de la excepcionalidad de las primeras elecciones catalanas, las de 1980, el voto nacionalista de CiU y ERC ha variado hasta 7,7 puntos en las autonómicas; el de la izquierda (el PSC e ICV), 6,3, y el del PP, 7,3.
Algunos partidos también dicen que el gasto electoral logra pocos votos, pero recalcan que la campaña sirve para reforzar la fidelidad de los votantes seguros o casi seguros. Ernest Benach, responsable de la campaña de ERC, cree que en unas elecciones pueden cambiar de opinión en torno al 10% o el 15% de los votantes; Jordi Guillot, jefe de la campaña de ICV, prefiere no cuantificarlo, pero dice que "en una sola campaña son pocos quienes cambian". En opinión de Francesc Vendrell, del PP, "la gente no cambia fácilmente su voto, pero éstas elecciones son más abiertas, porque Pujol no se presenta".
El director de la campaña del PSC, Miquel Iceta, afirma: "Es cierto que se mueven pocos votos, pero no me atrevo a dar cifras; damos muchas cosas por hechas, pero hay que ganar cada voto". Quico Homs, responsable del progama electoral de CiU, dice que su grupo se dirige a todos los votantes, pero el mayor esfuerzo se centra "en las zonas donde hemos perdido peso y en convencer al indeciso para que vaya a votar".
El catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Barcelona, Jordi Capo, señala: "Las campañas deciden pocos votos, pero se hacen para que vayan a votar los propios y para captar a los indecisos y los abstencionistas. Muchas veces, la abstención es el primer paso para cambiar el voto".
CiU: Ajustarse a la ley sin hacer público el gasto
CiU es el único grupo que ha declinado dar cifras de su previsión de gastos a este diario. El responsable del programa electoral de la federación, Quico Homs, dice: "Nos ajustaremos al marco legal tanto en ingresos como en gastos". En 1999, la federación que presenta a Artur Mas como cabeza de lista gastó 2,6 millones de euros. Se financió con un crédito de 2,1 millones, según la Sindicatura de Cuentas, y superó en 40,2 euros el límite legal. Pero no contabilizó adecuadamente un crédito de tres millones de euros que recibió 10 días antes de las elecciones, según el Tribunal de Cuentas. CiU dijo que destinó este dinero a financiar una campaña de su grupo en el Parlament. "Tenemos vocación de centralidad y nos dirigimos a todos, pero con mayor énfasis a los jóvenes y los votantes más catalanistas, que también pretenden el PSC y ERC ", añade Homs.
ICV: 1,8 millones para atraer a jóvenes y abstencionistas
La formación que dirige Joan Saura hace un considerable esfuerzo de gasto. Para esta campaña ha presupuestado 1,8 millones de euros. Los ecosocialistas dicen que financiarán este gasto con tres tipos de ingresos: con un crédito de 1,2 millones hasta cobrar la subvenciones públicas, el adelanto del 30% a que tienen derecho por los resultados de 1999 y una aportación del grupo a las cuentas, explica el director de la campaña, Jordi Guillot.
El objetivo de ICV es pasar de 78.000 votos en las autonómicas de 1999 (sin contar la coalición con el PSC en Girona, Lleida y Tarragona) a 250.000 el 16 de noviembre. Y para ello enfoca su propaganda hacia tres colectivos básicos: "los jóvenes que votan por primera vez y, en general, hasta los 30 años; el grupo de los abstencionistas, y el electorado de izquierdas y ecologista", dice Guillot.
PP: Acercarse al tope gracias a las donaciones
El partido que presenta a Josep Piqué como cabeza de lista afirma que su intención es que el gasto electoral no llegue al tope de 3,1 millones que marca la ley. Su previsión es no superar los 2,6 millones. "No queremos pasar de esta cantidad", asegura Francesc Vendrell, responsable de la campaña. En la campaña de 1999, el PP gastó 2,4 millones de euros, según la rendición de cuentas entregada a la sindicatura.
El PP financia el 70% del gasto con subvenciones y el resto con donaciones y aportaciones de militantes. "Tenemos un crédito puente hasta que se nos paguen las subvenciones", dice Vendrell. "No haremos muchos actos masivos. Nos vamos a concentrar en los pequeños actos sectoriales para hablar de sanidad, medio ambiente, comercio y educación. "Los que más nos votan tienen entre 18 y 24 años o más de 65, y buscamos traspasar votos del PSC al PP", dice Vendrell.
ERC: 1,3 millones sin rascar el bolsillo de los fieles
El partido que lidera Josep Lluís Carod Rovira gastará en esta campaña 1,3 millones de euros Los republicanos se financiarán sólo con las subvenciones públicas que obtengan por sus resultados electorales, sin pedir a sus militantes que se rasquen el bolsillo. Mientras llega la subvención, han contratado una póliza de crédito por un millón de euros y han pedido un adelanto de las subvenciones, tal como recoge la ley, dice el secretario de organización y finanzas, Xavier Vendrell. ERC hace hincapié en su objetivo de atraer a 200.000 votantes de CiU que se abstuvieron en 1999 "porque la abstención suele ser el paso previo para cambiar de voto", dice el diputado Ernest Benach.
"Queremos ganar votos entre los votantes de izquierda y los jóvenes, y sobre todo en Barcelona y su área, donde ya mejoramos en las municipales".
PSC: Al límite de gasto con ayuda de los militantes
El partido que lidera Pasqual Maragall prevé gastar hasta 3,1 millones de euros. De esta cantidad, 2,2 millones corresponden a gastos ordinarios y 897.011 euros a envío de propaganda a domicilio. "El 70% de los gastos se cubrirá con subvenciones públicas y las cuentas se cuadrarán con aportaciones en actos electorales, cuotas extraordinarias de militantes y déficit", dice Joan Rangel, responsable de finanzas del PSC. El partido ha pedido un crédito como adelanto hasta cobrar la subvención. Los socialistas parten con desventaja. En 1999 superaron en un millón de euros el límite de gasto. Tras las elecciones, se les descontará esta cantidad de las subvenciones.
"Queremos retener a nuestros votantes, lograr votos de los jóvenes y los abstencionistas, y quitar votos a CiU, porque así por cada uno que ganamos ellos lo pierden", dice Miquel Iceta, responsable de la campaña.
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