¿Vamos seguros en los taxis?
Tras un duro día, se me hace tarde para resolver un asunto. Decido coger un taxi para terminar antes. En el paseo de la Castellana, el chófer pega un par de bandazos y le llamo la atención. ¡Se estaba durmiendo! Le pregunté si no había dormido suficiente. Él me contestó que llevaba 11 horas de trabajo. Al preguntarle por qué ponía en riesgo su vida y la mía con esa jornada tan brutal, me dijo que ésa era la jornada mínima que tenía que hacer un taxista para poder vivir, y añadió que hay compañeros suyos que trabajan 12 y 14 horas seguidas.
Al preguntarle yo si el Ayuntamiento ponía algún límite en sus jornadas, el taxista me contestó que al Ayuntamiento la duración de la jornada de los dueños de licencias le da lo mismo.
¡Vamos, que un conductor de taxi puede trabajar todas las horas que le dé la gana, poniendo la vida de los pasajeros, la de otros usuarios de la vía y la suya propia en peligro! ¿Encima el Ayuntamiento no hace nada para evitarlo? ¡Me parece muy fuerte!
Que yo sepa, los conductores de camiones y autobuses tienen sus jornadas limitadas a ocho horas. ¿Por qué no se pone también una limitación de ocho horas a la jornada de los taxistas? ¡Ahora no me extraña que conduzcan tan raro, pobrecillos, no hay cuerpo que resista semejante tute!