La incógnita del sucesor

La salida de Francisco Jiménez Becerril abre la incógnita de la sucesión. El suplente de Jiménez Becerril en la lista elegida por la Asamblea General de julio es Fernando Cruz Conde, abogado, sacerdote de vocación tardía y miembro de una de las familias más tradicionales de Córdoba.

Fuentes de Cajasur dijeron ayer que el sucesor será elegido, probablemente, en la Asamblea General ordinaria que se celebrará en diciembre y que lo más seguro es que no sea un sacerdote, algo que corroboraron fuentes del PP, que insistieron en que en ese puesto debe haber alguien que sea un profesional del sector y no un canónigo.

Miguel Castillejo, según las fuentes consultadas, baraja desde hace tiempo el nombre de Cruz Conde como su sucesor en la presidencia de la caja. Hoy por hoy, Cruz Conde, párroco de Lucena, no podría ser consejero delegado -se lo impide el Código Canónico- y para trabajar en la caja con funciones ejecutivas tendría que recibir el permiso del obispo de Córdoba, José Asenjo.

La reacción más contundente a la dimisión de Jiménez Becerril fue la del secretario del PSOE de Córdoba, José Antonio Ruiz Almenara, quien consideró que la marcha es consecuencia de que Castillejo "no lo ha podido comprar". "Debe ser una persona con carácter y personalidad y por eso se ha marchado", dijo. Para el responsable socialista, la dimisión se debe a que en Cajasur "es imposible la cabida de personas con una perspectiva profesional" mientras esté presidida por Castillejo.

A pesar de que el argumento de la salida es la ocupación en la campaña electoral autonómica del PP, la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, reclamó que Jiménez Becerril explique "por qué motivo ha tomado esa decisión" y agregó que Cajasur "debe plantearse" la configuración de su trabajo en el plano técnico "y saber que probablemente los fichajes" que vienen de fuera "no son los buenos".