Aplausos para un museo
Unas 200 personas esperaron ayer bajo la lluvia para ser los primeros en contemplar la colección Picasso de Málaga
Cuando las puertas del palacio de Buenavista se entreabrieron ayer por la mañana para dar paso por primera vez al público al Museo Picasso, la gente que llevaba más de una hora esperando bajo la lluvia saludó el momento con un aplauso espontáneo y cariñoso. A pesar del aguacero, que no cesó en casi todo el día, los primeros visitantes llegaron poco antes de las nueve de la mañana y esperaron "entusiasmados" una hora a que se abrieran las puertas del palacio renacentista que guarda 204 obras de Pablo Ruiz Picasso.
Wendy y Richard Priestley, un matrimonio inglés de West Sussex, fueron los primeros en comprar una entrada para el Museo Picasso Málaga, después de que los Reyes inauguraran el lunes la nueva pinacoteca. "Llegamos a Málaga el sábado y no sabíamos nada sobre este nuevo museo. Nos enteramos aquí, leyendo un periódico que se publica en inglés, y decidimos venir hoy. La verdad es que todo esto, tanta prensa, es una sorpresa", comentó ayer Richard Priestley, lector en la Universidad de Surrey y que, como su mujer, ronda la cincuentena.
"Lo único que hemos visto antes de Picasso fue en la Fundación César Manrique de Lanzarote; pero estas obras son mucho mejores", dice Wendy Priestley. Los primeros turistas que han visitado el Museo Picasso, tras encabezar una cola de unas 200 personas que se fue manteniendo a lo largo de toda la mañana, no tenían ni idea que el pintor había nacido en Málaga. "Sabíamos que era español, porque hemos visto muchas veces documentales sobre su vida y su obra en televisión; pero no recordábamos la ciudad", añaden. Los Priestley fueron los más madrugadores, pero casi al mismo tiempo que ellos llegó otra pareja de turistas ingleses, John y Beryl Wrigley, industrial de 54 años y profesora de 52 años, respectivamente.
El matrimonio, que vive en Bristol, está en Andalucía desde hace una semana y a ellos también les sorprendió aquí la noticia de la inauguración del museo. Cuando terminaron la visita dieron por buena la espera y la mojadura: "Es realmente una maravilla. Tanto el museo, como la obra", aseguran.
El malagueño Fernando Rico, de 66 años, el tercero en poner sus pies en el museo, estaba muy satisfecho tras su paseo de dos horas: "Es un buen recopilatorio de la obra de Picasso en el que se ha conseguido que no haya lagunas", asegura.
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