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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La piedra y la idea

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David Hare es un autor británico muy apreciado, representado varias veces en España, que fue a Israel a asistir a un estreno propio. Hizo su viaje como un cronista: habló con políticos, historiadores, colonos; sacó sus propias conclusiones y las relató mediante un monólogo de teatro que interpretó él mismo, sin ser actor.

No es necesario insistir en que el teatro es una vía peculiar de la literatura, que tiene una parte de espectáculo, que realiza unas ficciones sobre la realidad e incluso sobre el realismo, y que puede comunicar de otra manera los hechos que relata. En esta misma versión española, aceptando el texto de Azpilicueta que no tiene por qué tener todos los matices ingleses y que lo convierte en teatro español; la excelente manera de interpretarlo de Joaquín Kremel (apellido judío, por cierto), que es un profesional y obtiene giros, matices y definiciones del texto del que no es autor -por eso es intérprete: su arte es interpretar- y las formas en que se dirige, subrayando frases, por medio de luces y leves movimientos del actor, son teatrales: tendré que aceptar que mi visión de espectador de teatro no es la misma que la del lector de un ensayo.

Vía Dolorosa

David Hare, versión de Nacho Artime, interpretación de Joaquín Kremel. Dirección: Juan Margallo. Teatro Infanta Isabel. Madrid.

La impresión que obtuve de este interesante espectáculo es la de que Israel se inclina hacia la piedra y hacia su propiedad, más que hacia la idea. No me parece nada favorable al Israel de Sharon, ni siquiera al de Netanyahu, ni al énfasis religioso y a sus interpretaciones. No veo por ningún sitio la corroboración de la frase del programa de que "Hare no toma partido por ninguno de los dos bandos": la toma por Israel. Dejando aparte las interpretaciones: es un monólogo lúcido, divertido, dotado de humor. Y un actor distinguido, que sabe también de humor y de asombros, de narración y de reflexión. Tuvo un público (miércoles por la tarde, y cuando salí vi ya una buena cola para la noche) perfectamente adosado al espectáculo, silencioso o riente, y al final dado al aplauso de reconocimiento.

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