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FÚTBOL | Liga de Campeones

La nueva vida de Morientes

El ex madridista se siente feliz en la Liga francesa y asume funciones que le eran desconocidas

El ex valencianista Didier Deschamps, ahora entrenador del Mónaco, sabe valorar en un jugador tanto un gesto técnico brillante como la sencillez y la versatilidad. Quizás por eso se deshaga en elogios hacia el ex madridista Fernando Morientes (Cáceres, 5 de abril de 1976), convertido en la pieza referencial del ataque del equipo monegasco y que, según él, se ha sabido adaptar en un tiempo record a un fútbol distinto al español, incorporar nuevos matices a su juego y encontrar un lugar preferencial en la alineación titular.

La pasada semana, Morientes confesó en la capital del Principado a Canal + estar encantado en su nuevo club. "La Liga española es más fuerte que la francesa, pero, como estoy en un conjunto que lucha por ganar el campeonato, igual que el Real Madrid, lo cosa no ha cambiado tanto. Llegué al Mónaco con mucha ilusión porque sus directivos también pusieron muchísimo interés en que jugara con ellos y yo necesitaba salir del Madrid para jugar y ser feliz".

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A finales de agosto, en un partido frente al París Saint Germain, el delantero congoleño Shabani Nonda, el principal goleador del Mónaco en las últimas campañas, se rompió los ligamentos de su rodilla izquierda y el club tuvo que buscar una solución de urgencia. Apareció la posibilidad de lograr la cesión de Morientes, que estaba sumido en el ostracismo, en una difícil situación, en el Madrid. El olfato de Deschamps acertó.

Pero el Morientes que se está viendo en Francia tiene diferencias sustanciales con el jugador ciclotímico que salió del Madrid. Ya ha marcado tres goles en la Liga de Campeones, pero no ha conseguido todavía hacerlo en el torneo francés, algo que no parece importarle demasiado: "El delantero centro, en el fútbol español, suele aparecer para finalizar la jugada. En Francia hay menos presión de los defensores y tiene más funciones. Participa mucho más [del juego]". Corroboran sus palabras los cuatro pases de gol que lleva. Recibe el balón de espaldas en la frontal del área o escorado a una banda y lo retiene hasta la llegada de centrocampistas con buen remate, como Giuly, el gran beneficiado de su nuevo estilo.

Morientes, que se caracterizaba en sus mejores tiempos en España por ser un auténtico manual académico dentro del área y cuya economía de gestos técnicos para buscar siempre una buena posición de remate despertó tantos elogios como críticas durante sus largos periodos de sequía goleadora, ha asumido a las mil maravillas su nuevo rol táctico: "Dentro de mí había una faceta que quería descubrir: poder salir del área, participar más en la elaboración del juego e incluso dar goles".

No se ha convertido en un proyecto de extremo ni en un media punta especializado en el último pase. Pero ahora aparece por todo el frente del ataque, convertido en el socio de todos sus compañeros de la vanguardia y del medio campo, lo que no impide que mantenga su alma de goleador: sigue pisando mucho el área rival y rematando todo lo que puede.

Sabe que, procediendo del Madrid, se espera mucho de él en Mónaco: "He venido con humildad. La mayoría de mis compañeros no habían actuado nunca en la Liga de Campeones. Yo sí tengo mucha experiencia en esta competición y pensé que podía aportarla para involucrar más a todos. Pero es tanta la ilusión del grupo en Europa que casi no hace falta. Y las cosas nos están saliendo bien. Esto es una cuestión de rachas. En el último curso, en el Madrid, me sentía tan bajo que pensaba que no servía para esta profesión. Ahora estoy bien y trato de disfrutar del momento".

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