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Reportaje:

Viaje a ninguna parte

Los analistas recomiendan mantener las inversiones en euros y evitar el dólar, porque seguirá depreciándose

Todos los mercados giran ahora en torno a la marcha de las monedas. La bolsas siguen día a día la cotización del dólar, cuya evolución también inquieta a los mercados de deuda. Durante el año, el billete verde se ha depreciado un 11% frente al euro y un 6% respecto al yen. Aunque, como ninguno, el mercado de divisas depende en gran medida de decisiones políticas, los expertos consideran que el dólar seguirá depreciándose frente a los otras grandes monedas. A los inversores no les interesa, pues, salirse del euro, a no ser que el mercado en el que invierten absorba la pérdida del valor de la moneda. Una posibilidad que sólo se atisba en la bolsa.

Se ha producido una coincidencia entre las grandes monedas: dólar, yen y euro quieren estar débiles para reactivar sus economías

Esta semana, la fortaleza del dólar frente al euro y al yen ha sido la excusa para un mejor comportamiento de las bolsas. Sin embargo, el dólar se ha depreciado a lo largo del año frente a prácticamente todas las monedas, ya sean el euro y el yen o las de economías emergentes latinoamericanas y asiáticas.

Despejar la incógnita de la marcha del billete verde es ahora una garantía para acertar en las inversiones. Sin embargo, este ejercicio tiene trampa, ya que ningún otro mercado está tan afectado por las decisiones políticas cuyos efectos se dejan sentir a corto plazo, aunque no tengan validez para largos periodos de tiempo, donde las divisas se ajustan a la realidad de sus economías.

"El mercado de divisas es una olla exprés con numerosas válvulas. Todo está relacionado y si tapas una la presión se puede ir por otra, o desbordar a todas", explica Joaquín Casasús, director general de Abante Asesores.

La presión de un dólar débil la está soportando el euro, mientras el yen se busca sus apaños para no apreciarse y el yuan chino sigue enrocado en una paridad fija respecto al dólar. A Estados Unidos le interesa debilitar su moneda para mejorar su déficit comercial, mientras los japoneses siguen defendiendo un yen que consiguen por la continua compra de bonos estadounidenses. Entre medias se queda el euro que se aprecia frente al dólar, aunque también a las empresas europeas les interesa que su moneda no se aprecie para poder vender más al exterior, cuando la demanda interna no está pujante.

En este panorama también participa china con un cambio fijo con el dólar que sus autoridades mantendrán hasta que les interese o que la presión se haga insoportable. La última reunión del Grupo de los Siete (G-7) países más desarrollados exigió una cotización más libre entre las monedas que provocó una depreciación del dólar.

Estos movimientos de monedas están teniendo una clara repercusión para los inversores. Además de las bolsas, sus empresas y exportaciones, una rápida depreciación del dólar podría acarrear problemas en la deuda norteamericana y, por ende, obligar a tipos de interés más altos. Estos tipos más altos compensarían a los inversores -preferentemente asiáticos- de la pérdida de valor de sus inversiones.

Los expertos tienen claro que el dólar se seguirá depreciando y ven su punto de equilibrio con el euro en 1,2 dólares. No interesa asumir el riesgo de la divisa por cuanto se perderá dinero por este concepto al volver a convertir esos dólares en euros. Sin embargo, todo depende de la ganancia que ofrezca el mercado donde se coloque ese capital. El índice estadounidense Nasdaq de valores tecnológicos ha subido el 45% en lo que va de año, y si a esa ganancia se descuenta el 11% de depreciación del euro, el inversor habría ganado un 34%, superior al 17% que acumula la bolsa española.

Sasha Evers, director general de la gestora de fondos Mellon Global Investments España, considera que el dólar seguirá debilitándose a corto plazo. "Nuestra preferencia es el euro desde el punto de vista del inversor. El yen podría tener un mejor comportamiento pero, tal vez, no merezca la pena correr riesgos. Las divisas de economías emergentes pueden ser una buena forma de diversificar el riesgo, sobre todo de aquellas que no están ligadas al dólar. En este sentido nos gustarían más las divisas asiáticas de países como Corea o Tailandia", explica.

Desequilibrios

Por su parte, Antonio Villaroya, analista de Merrill Lynch, apunta que los desequilibrios del dólar son tan grandes que es lógico que se deprecie. "El gobierno estadounidense busca debilitar su divisa para recuperar el crecimiento. El yen se va a fortalecer, ya que su banco central ha gastado mucho dinero interviniendo y no ha conseguido frenar la subida. Hay pendiente también la revalorización del yan chino, pero ésta se producirá cuando lo estimen convenientes sus autoridades". Y añade: "Un dólar débil perjudicará las entradas de capital a esta economía, teniendo en cuenta que el 40% del mercado de bonos de Estados Unidos se encuentra en manos de extranjeros. Si dejan de comprar estos bonos se producirán subidas de tipos de interés, con lo que se dificultará la posible recuperación de esta economía. A las estrategias exportadoras de China y Japón no les interesa un dólar débil por lo que intentarían intervenir vendiendo sus monedas y comprando dólares".

Joaquín Casasús, director general de Abante Aseores, explica que aunque a medio y largo plazo los factores fundamentales se imponen en la cotización de las monedas, en el corto plazo mandan muchas veces los políticos. "Salvando los aspectos políticos, lo lógico es que el euro se siga apreciando frente al dólar. Invertir en dólares no será la mejor alternativa. Ahora bien, dependerá del mercado que se elija. La depreciación del dólar puede verse compensada si las empresas cotizadas en bolsa suben los beneficios debido a que exportan más y, por tanto, tienen mayores beneficios. No tendría mucho sentido, por el contrario, invertir en bonos estadounidenses".

Casasús argumenta que Japón es un país que tiene un elevado superávit comercial y compra bonos para mantner débil su divisa y de esta manera continuar vendiendo barato en el exterior. "La marcha del yen dependerá mucho de la estrategia que sigan sus autoridades, aunque lo lógico es que se aprecie frente al dólar y también, aunque en menor medida, en relación con el euro. Lo deseable es que todo este proceso se produzca de manera paulatina y suave", concluye.

El inversor de EE UU gana fuera

Después de casi una década de dólar fuerte, la depreciación de esta moneda ha sido generalizada. Los inversores estadounidenses están obteniendo grandes beneficios por el simple hecho de colocar su dinero en otros mercados.

Ya sólo la depreciación bastaría para que a estos inversores les interese sacar fuera sus capitales. Pero además si se combina con la marcha que han tenido los mercados de acciones en lo que va de ejercicio, se producen ganancias muy significativas. Según los datos de Bloomberg, un inversor estadounidense habría ganado el 29% en la bolsa española que se ha revalorizado el 17%. Así, en toda la zona euro, a la subida del mercado se suma la apreciación del dólar. Pero todavía hay ganancias más espectaculares en ecomías emergentes. La bolsa de Brasil ha subido el 59% en el año, pero esta ganancia en dólares se eleva hasta el 98,6%.

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