Historia viva del Valencia
Un libro repasa la vida de 'Españeta', utillero del club de Mestalla durante 47 años y un símbolo del valencianismo
¿Tiene usted alguna pregunta sobre la historia del Valencia? ¿Necesita conocer algún dato? ¿Quiere saber anécdotas? Cualquier interrogante sobre el club de Mestalla correspondiente a los últimos 47 años puede ser respondido por Bernardo España Edo, Españeta, utillero del club desde 1956. De los 84 años de historia del Valencia, fundado en 1919, Españeta ha vivido más de la mitad, 47, como encargado del material deportivo.
A Españeta no se le entiende sin el Valencia, y casi que sucede lo mismo al revés. El escritor argentino Federico Chaine, autor de la biografía de Mario Alberto Kempes, Matador, ha recogido esa mágica relación en un libro: Españeta, memoria secreta del Valencia C.F. (Carena Editors). "Limpiando botas soy el hombre más feliz del mundo", dice Españeta con una sonrisa de oreja a oreja, llena de orgullo. Pero no es la limpieza del calzado lo que destaca en este hombre bajito, de trato facilísimo y criado en el barrio de Russafa. "Es un tipo extraordinario, un pedazo de pan, del bueno", dice de él Alfredo Di Stéfano. "Un especialista en seres humanos", afirma Jorge Valdano. "El alma del vestuario", añade el defensa Carboni.
La historia de Españeta es única -"¡soy el primer utillero del mundo con un libro!"-. Ha crecido con el Valencia y se ha ganado el cariño de todo el valencianismo hasta el punto de que los niños le piden autógrafos por la calle y la grada le aplaude durante los partidos. Su historia comenzó a los 14 años, cuando se escapaba del colegio para ir a ver los entrenamientos del Valencia. Su padre, enfadado, iba a buscarlo allí siempre que no lo encontraba en la escuela. Como futbolista jugó en algunos equipos de barrio hasta que se rompió el tendón de Aquiles en un accidente de moto con su hermano, y empezó a hacer de recogepelotas en el Mestalla, el equipo filial. Desde entonces hasta hoy no ha habido día en que Españeta se separara del club.
"Mestalla ha sido mi segunda casa, me he criado ahí. Cuando estaba soltero, llegábamos a veces a las cuatro de la madrugada a Mestalla, y al día siguiente tenía que trabajar. Entonces me quedaba a dormir en Mestalla, yo solo, en la camilla de masajes", cuenta Españeta. Su vida ha crecido al ritmo del Valencia. "Primero iba andando, luego en bici, y ahora tengo un coche. He aguantado sueldos bajos, porque los utilleros somos los últimos de la fila. La gente joven ya no quiere ser utillero. Es un trabajo muy esclavo, pero es que el Valencia para mí...", añade mientras se toca el corazón con la mano y deja la frase sin terminar.
Desde la terraza de su casa puede ver su segundo hogar, Mestalla. En una habitación guarda un cajón lleno de carnets, recortes y fotografías, y en la memoria una lista interminable de recuerdos y anécdotas. "El libro cuenta lo que el aficionado nunca va a ver: cómo se preparan los jugadores antes de salir al campo, las alegrías de los títulos, el drama de las dos finales perdidas de la Liga de Campeones... la parte humana del vestuario", dice el autor, Federico Chaine.
Españeta recuerda que cosía a mano el escudo del Valencia a las antiguas camisetas; que antes de cada entrenamiento le entraba un café solo a Romario al vestuario para que se despejara "porque no le gustaba nada entrenarse"; recuerda los estadios de multitud de países -"el mejor de España es el Camp Nou, el mejor del mundo el Amsterdam Arena, y los peores los ingleses, viejos y con humedad"; "sabe de fútbol", como admite el entrenador del Valencia, Rafa Benítez; y reconoce, entre picarón y orgulloso, que falsifica desde años las firmas de los futbolistas: "Las ensayo por la noche en mi casa". Así cobró un cheque de 100.000 pesetas que le dio Kempes. Entre los entrenadores se queda con Di Stéfano, al que considera "un padre" y que ha escrito el prólogo del libro; y entre los jugadores a Kempes, "un hermano". "Españeta es el único que puede entrelazar la historia del Valencia desde Puchades a Aimar, desde que los jugadores iban a entrenarse en tren a ahora que vienen en Porsches", comenta Chaine.
Después de 47 años, el día del adiós de Españeta a Mestalla se acerca. "Tengo 65 años y mi mujer, Rosario, me está preparando psicológicamente para dejarlo. Será muy duro. Veré los partidos desde la grada y viajaré por toda España. Mi mujer me dice '¿pero no está bien ya?'. Y yo me quiero quedar. Seguiré dos años más. Esto me gusta, es mi vida". Es más de media historia del Valencia.
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