Total negocia con los socios árabes para mantener el control de Cepsa
La petrolera pide disolver la sociedad instrumental que tiene con el SCH
La petrolera francesa Total negocia el apoyo de IPIC, la compañía de Abu Dhabi que controla un 9,54% de Cepsa, para decidir su táctica frente a la oferta lanzada por el SCH por un 16% de la segunda petrolera española a 28 euros por título. El resultado de las negociaciones con la empresa árabe es clave para que Total lance una contraoferta por Cepsa a un precio mayor que el propuesto por el banco. De momento, Total solicitó ayer la disolución de la sociedad instrumental que tenía con el banco para gestionar Cepsa.
El capital de Cepsa se reparte de la siguiente forma: Total tiene el 45,28%; el SCH, el 19,95%; Unión Fenosa, el 5%, e IPIC, el 9,54%. Sin embargo, los derechos políticos -es decir, los que determinan el control de la sociedad- son distintos, ya que la firma francesa tiene depositada en la sociedad instrumental Somaen Dos parte de sus acciones, con lo que reduce su poder real al 36,97%. Esta sociedad tiene además las acciones del SCH y de Unión Fenosa. Los derechos políticos de Somaen Dos están controlados por el banco, por lo que si tiene éxito su OPA por el 16% alcanza un porcentaje de control prácticamente absoluto de Cepsa.
Precisamente, este desequilibrio que se produce entre la participación en acciones y la que realmente se refleja en los derechos políticos ha llevado a la firma francesa a pedir ayer la "inmediata liquidación de Somaen Dos antes de hacerse efectiva la OPA" y "por diferencias irreconciliables". La comunicación se produce justo cuando la oferta lanzada por el SCH para aumentar su participación en Cepsa entra esta próxima semana en un fase decisiva, al cumplirse el plazo mínimo de 15 días que la Comisión Nacional de Valores (CNMV) tiene para dar luz verde a la operación. A partir de ese momento, se abre un periodo de un mes para que aquél que quiera realizar una contraoferta, lo haga. Total tiene que decir en ese tiempo si va a por todas o se queda como está e intenta de algún modo mantener el control de la empresa.
En esta decisión aparece como clave la empresa IPIC (International Petroleum Investment Co.) de los Emiratos Árabes Unidos, que controla el 9,54% de la segunda petrolera española. Con la desaparición de Somaen Dos, IPIC tiene en sus manos la posibilidad de inclinar la balanza hacia el lado de Total o del SCH. Con el fin de la sociedad instrumental, Total tendría el 45,28% y el Santander puede llegar al 40,95% (entre lo que ya tiene, el 16% que quiere comprar ahora y otro 5% que le vendería Unión Fenosa). En este caso, quien tenga a su favor el 9,54% de IPIC se lleva el gato al agua.
Esfuerzo económico
Si Total logra el apoyo de IPIC no tendría la urgente necesidad de lanzar una contraoferta, puesto que aún tendría el control de la petrolera aunque de una forma mucho más precaria que hasta el momento. Para la petrolera francesa contraatacar al banco le supone un gran esfuerzo económico. A pesar de que a Total le interesa Cepsa, tendría que desembolsar una fuerte suma para superar los 28 euros por acción ofertados por el SCH, una cifra que, según los analistas consultados, supera en unos seis euros el "precio justo" por cada título de Cepsa.
Como mínimo, Total debe ofrecer 29 euros por acción. Así que para hacerse con el control de Cepsa debería desembolsar unos 4.300 millones de euros en efectivo y asumir una deuda de otros casi mil millones. Total suele hacer sus operaciones con una amortización a 40 años, por lo que una contraoferta reduciría los beneficios de la petrolera en unos 66 millones de euros cada año durante los cuatro decenios, según los analistas.
La oferta del banco parece claramente dirigida a que Total haga una contraoferta a pesar de los costes, puesto que la perspectiva de rentabilidad de Cepsa es incluso mejor que la de la propia empresa francesa. Para 2003, el porcentaje de rentabilidad de Cepsa será del 17,5%, superior al 16% previsto por los expertos de Société Générale para Total y para todas las grandes petroleras del mundo. "No tiene sentido que Total se desprenda de Cepsa", comenta Mariano Arenillas, analista de Bankinter. "Creo que es bastante posible que Total lance una contraoferta", añade Fernando Bernad, analista de Banesto. Ambos expertos resumen la posición de la mayoría de los analistas del mercado, que recomiendan a sus clientes "acudir a la OPA" del SCH ya que "28 euros es un muy buen precio", dice Bernad.
Lo cierto es que Total tendrá que comprar, ahora o más tarde, si el SCH se hace al menos con el 35,95% del capital de Cepsa. Aún cuando la petrolera francesa mantenga el control de la compañía gracias a un acuerdo con IPIC, los pactos de gobernabilidad que mantenía con el Santander ya están rotos. Si Total no lanza la contraoferta ahora, se encontrará como mínimo con un socio con el que no se lleva bien y que posee un nada despreciable 36% de la empresa. Para el banco ese porcentaje es una inversión de cartera y si un día alguien paga lo que la entidad considera justo por éste, se deshará de ese 36% sin problemas, y Total puede encontrarse con un rival como ExxonMobil o ChevronTexaco en su patio trasero.
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