Los rebeldes renuncian al dinero

A unas horas de estrenar ante su público y frente al actual campeón de Europa el puesto en la Liga de Campeones largamente perseguido, los futbolistas del Celta almorzaron ayer en sus casas, cada uno por su lado, como otro día cualquiera. Habían plantado el día anterior la concentración del equipo previa al partido con el Milan tras romper las negociaciones que mantenían con el club sobre las primas económicas para la competición continental. Ante la posibilidad de una airada reacción de los aficionados, emitieron luego un comunicado renunciando a los pluses por la Champions. Pero el plante iniciado el día anterior se mantuvo hasta última hora. Balaídos los recibió finalmente con aplausos. Luego, en pleno juego, el club emitió también una nota explicando que no puede atender sus peticiones por "desproporcionadas".

La poco habitual medida de fuerza se decidió el mismo martes casi clandestinamente. Los futbolistas ni avisaron a la prensa. Desconectaron sus teléfonos móviles y no acudieron al hotel donde estaban citados para iniciar las concentración previa al importante choque de ayer, el primer partido de la Liga de Campeones que contemplaba el estadio de Balaídos. El misterio sólo se desveló en alguna conversación privada: los futbolistas se habían cansado de la actitud del club, que les debe aún parte de los salarios de la anterior campaña y ahora se ha negado a aceptar sus exigencias económicas en las negociaciones sobre las primas para la Champions.

Mientras el club se atrincheraba también en el hermetismo, la plantilla acudió ayer por la mañana a los campos de entrenamiento, donde estaban citados por el preparador, Miguel Ángel Lotina. Los futbolistas volvieron a esquivar a la prensa y se reunieron durante hora y media. Se supone que vieron algún vídeo del Milan, pero también les dio tiempo a debatir sobre el pulso que habían planteado al club. Y poco después, sin mediar declaraciones, entregaron un comunicado en el que hacían patente su malestar con la directiva, aunque daban marcha atrás parcialmente.

La nota de la plantilla iba dirigida expresamente a la afición para justificar lo ocurrido en las horas anteriores, que habían disparado la tensión en el club. Los futbolistas excusaron su hermetismo del día anterior por el propósito de no airear asuntos de la "vida interna del club" y aseguraron que su actitud no se debe interpretar como un "instrumento de presión táctica" en las negociaciones sobre las primas. Pero al mismo tiempo dejaron claro su "malestar por el tratamiento recibido en ésta y otras cuestiones". "Nuestro equipo siempre ha mostrado un comportamiento ejemplar pese a sufrir todo tipo de adversidades con nuestra profesión y la institución, pero no podemos dejar de sentirnos decepcionados", afirmaron en la nota. Tal vez temiendo una reacción contraria del público y "para terminar con las suspicacias que podían haberse generado", la plantilla del Celta anunció que, a partir de este momento, "renuncia a todo tipo de remuneración que pudiera corresponderle, en concepto de primas, por su participación en la actual Liga de Campeones". Los futbolistas, en todo caso, tampoco se reunieron para comer como es habitual y no se pusieron a disposición del entrenador hasta las seis de la tarde.