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FÚTBOL | Liga de Campeones

'Maradoninha', el azote de Figo

José Sámano

En Brasil, su país de origen, le llamaban Maradoninha; en Portugal, su tierra de adopción, le apodan Superdeco. No todo son flores. En Madrid hay alguien que le tiene entre ceja y ceja. No es otro que Figo, al que Deco, la estrella del Oporto, le produce cierta urticaria. El madridista no olvida que fue el brasileño nacionalizado portugués quien le fastidió un tobillo cuando el Oporto desfiló por Chamartín en la Liga de Campeones 2001-2002. Para colmo, Luiz Felipe Scolari, seleccionador de Portugal, hizo debutar a Deco en marzo de este año, mes y medio después de que se nacionalizara. "Así se cierra la puerta a los jóvenes valores portugueses; no creo que a la opinión pública le gustara que yo me nacionalizara español", espetó Figo, que se alineó con Rui Costa en contra de la internacionalidad de Deco, un ídolo en Portugal. Scolari mandó a hacer gárgaras a ambos: "Aquí mando yo, y al que no le guste tiene la puerta abierta; nadie viene a la selección con una pistola en la cabeza".

Deco debutó contra Brasil, en su casa, en el estadio Das Antas, en Oporto. Empezó como suplente, hasta que con 1-1, Scolari le mandó a la pradera. Al poco tiempo hubo una falta al borde del área. Deco se apropió del balón, pasó olímpicamente de Figo y Rui Costa, y clavó el segundo gol portugués. Hacía 37 años que Portugal no vencía a Brasil.

¿Y quién es el tal Deco para retorcer el morro de Figo? Anderson Luis de Souza nació en Sao Paulo (Brasil) hace 26 años, comenzó su carrera en el Nacional antes de afiliarse al Corinthians de Alagoano, el equipo familiar, cuya camiseta blanca y negra envolvió su cuna desde que se la regalara su padre en el primer cumpleaños. "Es como un Maradoninha", dijo de él Ligio Carvalho, un técnico del Guaraní deslumbrado por la habilidad y el desparpajo del jugador. Joao Feijo, un cazatalentos brasileño, no tardó en pactar con el Benfica su traspaso en 1997. El equipo lisboeta le cedió de inmediato al Alverça, donde Deco marcó 13 goles, pero no despertó el interés del club lisboeta por repescarle y fue traspasado al Salgueiros por medio millón de dólares. "Deco tiene la resistencia europea, la agresividad argentina y el perfume futbolístico de los brasileños", reconocería después Antonio Simoes, entonces director deportivo benfiquista, que aún se pellizca cada mañana por el inmenso error. En el Salgueiros tuvo varias lesiones musculares, aunque su extraordinario toque de balón, su divina visión de juego y su dinamismo le abrieron las puertas del Oporto en 1999, donde su despegue fue tan formidable que se abrió un debate nacional para que el Gobierno le concediera la carta portuguesa.

El 12 de febrero de 2003 fue nacionalizado portugués junto a Jardel. Éste ya había jugado tres partidos con Brasil, por lo que no pudo sudar con Portugal. Pero Deco estaba virgen: "Siempre seré brasileño, pero sólo yo sé lo que Portugal significa para mí". Consultado al respecto, Carlos Alberto Pariera, el seleccionador brasileño, exclamó: "¿Que si Deco era una opción? Sí, claro, como otro millón de brasileños". Con menos cesto que su sucesor en la canarinha, Scolari le convirtió en el tercer brasileño en lucir la camiseta de Portugal, tras Lucio y Celso en los años sesenta y setenta, respectivamente.

Deco multiplicó su estrella al conducir la pasada temporada al Oporto a un histórico triplete: Liga, Copa y Copa de la UEFA. A partir de ahí, las ofertas inundaron el fax del Oporto. Que si el París Saint Germain, que si el Barça, que si el Madrid... "Es uno de los cinco mejores centrocampistas de Europa; marca goles y cumple con el equipo", puso Luis Suárez en su informe para el Inter. "Si venden a Deco venden nuestros sueños", pintaron los hinchas en los muros del estadio del Oporto. Deco hizo guiños para irse, pero el club se negó. Hoy día, por ese u otros motivos, su rendimiento ha bajado. Algún sector de la prensa le acusa de llevar una vida desordenada. Los hinchas no lo ven así, le adoran, y su biografía es un bestseller que ya va por la tercera edición. "Deco está cerca de Dios", dicen en su portal internauta los dragones más acérrimos del Oporto. Cerca del demonio, pensaría Figo.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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