El PP y la izquierda se disputan hoy el control de Caja Madrid

Los 320 miembros de la Asamblea General de Caja Madrid, la cuarta entidad financiera del país con seis millones de clientes en toda España, votan hoy la renovación de 12 de los 21 puestos en el consejo de administración. Este órgano ha estado dominado hasta ahora por el PP, que logró aupar hasta la presidencia en 1996 a Miguel Blesa, amigo del presidente del Gobierno, José María Aznar, gracias a su avance en las elecciones locales y regionales de 1995 y a un acuerdo con CC OO al que se sumó Izquierda Unida.

Los populares confían en ganar dos de los tres puestos, uno para Blesa, presidente de la entidad

El PP suma entre sus propios representantes y otros consejeros afines a la ideología del partido de centro derecha 11 de los actuales 20 miembros del consejo de administración.

La renovación de los cargos que se vota hoy en la Asamblea General de Caja Madrid está tan reñida que podría dar un vuelco a esta situación y situar a la izquierda política y sindical (PSOE, IU, CC OO y UGT) con 11 de los 21 puestos del consejo de administración (la nueva Ley de Cajas amplia el número de consejeros de 20 a 21).

En esa situación, la presidencia de Blesa, que sólo puede ser sustituido por otro presidente con competencias ejecutivas con 14 votos, quedaría a expensas de un consejo de administración ideológicamente contrario a sus tesis. Pero la fractura en CC OO y la falta de acuerdo entre el PSOE e Izquierda Unida para llevar una estrategia conjunta a las votaciones de la Asamblea General pueden allanar el camino del PP para revalidar su hegemonía.

En Comisiones Obreras la división es total. En la disputa por un consejero en el apartado de Entidades Representativas, los dos sindicatos mayoritarios de Madrid, CC OO y UGT, acuden con una lista conjunta que encabeza Rodolfo Benito, el que fue secretario de Organización de la dirección federal de CC OO hasta que discrepó con José María Fidalgo y fue sustituido.

Por esa razón, la dirección federal de CC OO no apoyará la candidatura de los sindicatos, sino una encabezada por un profesor de la Universidad Complutense, vinculado a IU y apoyado en la lista por representantes próximos al PP. La sección sindical de CC OO en la Complutense quiere desligarse de esta maniobra y, mayoritariamente, avaló que la candidatura sindical legítima es la que encabeza Benito.

La clave de las votaciones estará en los tres puestos que se disputan en el apartado de la Asamblea de Madrid. El PP confía en arañar dos de esos tres puestos, para los que ha elegido a Miguel Blesa, actual presidente de Caja Madrid, y a Ricardo Romero de Tejada, secretario general del PP de Madrid. Si la izquierda sindical y política une todos sus votos a favor de la candidatura socialista, el puesto de Romero de Tejada peligra.

El PSOE ha situado su principal objetivo en la caída de Romero de Tejada, al que considera la piedra angular de una trama urbanística que favoreció la fuga de dos de sus diputados autonómicos por Madrid, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, lo que impidió un Gobierno de izquierdas en la Comunidad madrileña y obligó a convocar elecciones anticipadas.

La investigación abierta a raíz del episodio de transfuguismo reveló que Romero de Tejada había recibido en su despacho al constructor que ayudó a los tránsfugas. Y que pese a tener ingresos mensuales consolidados en su condición de consejero de Caja Madrid, se había buscado un empleo ocasional con empresarios afiliados del PP y con intereses urbanísticos en la región, por el que ganaba 1.200 euros al mes y cotizaba a la Seguridad Social para tener una pensión en el momento de su jubilación.

Si Romero de Tejada no renovase su cargo en el Consejo de Administración, la izquierda tendría más fácil conseguir el undécimo consejero que le hace falta para hacerse con la mayoría absoluta en el Consejo de Caja Madrid.