El hombre sin miedo que secó a Ronaldo
David Navarro, de 23 años, se revela como un central práctico, duro y que ha aprovechado la vacante de Ayala en su pulso con el Valencia
Lo más lógico es que se hubiera puesto a tiritar. Llevaba tres partidos ligueros en Primera. Ésa era toda su experiencia. Y esa noche del pasado sábado, a escasos centímetros de su cara, contemplaba el poderoso pescuezo de Ronaldo. Pero David Navarro, de 23 años, no es de los que se impresionan fácilmente. Se curtió en la dureza de la Tercera División: con 16 años se fajó con delanteros que le doblaban la edad y que se las sabían todas. Como si fuera una premonición, jugó en el Acero, un histórico conjunto valenciano del Puerto de Sagunto, su pueblo natal, en un ambiente industrial.
Y así salió. "Un chico sobrio, muy descarado para la categoría y que nunca tuvo miedo de nada", explica quien lo llevó con 16 años al Valencia, Manuel Macià, actual delegado del primer equipo.
"Igual le da jugar contra el Madrid que contra el Gramenet", añade Macià. Al técnico, Rafa Benítez, le gustó que, en su debú liguero con el Valencia, el curso pasado en Balaídos ante el Celta, lo primero que hiciera fuera darle una tarascada a Mostovoi, señal de que no se iba a arrugar nunca.
Navarro puede estarle muy agradecido a su compañero Ayala. La ambición económica del defensor argentino, que se negó a actuar hasta que le mejoraron el contrato, le ha abierto al valenciano las puertas del fútbol de élite. En su media hora la semana pasada en el Calderón ante el Atlético, dejó buenas sensaciones que confirmó el miércoles en Suecia ante el AIK, en la Copa de la UEFA. Claro que no era lo mismo el AIK que el Madrid. De ahí que el técnico valencianista, Rafa Benítez, se la jugara el sábado. Apostó fuerte por el muchacho en perjuicio de Ayala. Y ganó. Navarro formó una pareja impecable con Marchena en un partido en el que Aimar se retiró con una contractura en los isquiotibiales por la que es duda para el domingo ante el Barcelona en el Camp Nou. Para ese encuentro, el valencianismo se pregunta ahora si Ayala está en condiciones de arrebatarle a Navarro la titularidad.
Precisamente Navarro llegó a probar en La Masia y el Barça quiso quedárselo, pero él prefirió el Valencia, su equipo de siempre. Su debú en el filial fue desastroso: una cantada suya ocasionó un gol del rival. Pasó una larga temporada a la sombra hasta que César Ferrando, actual técnico del Albacete, lo rescató. Advirtió sus cualidades y lo modeló. "David es poderoso en el juego aéreo, mejor técnicamente de lo que parece y tiene carácter", indicó ayer Ferrando, horas después de que el Albacete ganara su primer partido de Liga. ¿Y se esperaba que hiciera un partido tan serio ante el Madrid? "Es que en el Valencia es muy fácil adaptarse para alguien que entra. Es un equipo que defiende muy bien. En el Madrid habría sido más complicado", agrega Ferrando.
Junto al desparpajo, hay otro rasgo distintivo en David Navarro: la humildad. Dos ejemplos dan fe de ello. El primero es que, el curso pasado, cuando fue descendido al filial tras la pretemporada en el cuadro de Benítez, su rendimiento no decayó. Al revés. Y la segunda: en su debú europeo con el Valencia, hace tres años en Rusia ante el Chernomorets, la expedición valenciana aterrizó de vuelta en Manises a las ocho de la mañana. Pues bien, sin dormir en toda la noche, el chico acudió a Paterna a entrenarse con el conjunto filial. Hasta que Ferrando lo mandó a casa a descansar.
"A la media hora me pregunté, ¿está jugando el chaval?". En cualquier otro caso, esta pregunta sería despectiva respecto al futbolista aludido. Pero no en ésta. Robert Fernández, ex del Valencia y del Barça, ahora preparador de Mestalla, lanza este comentario como un piropo para Navarro. Lo explica así: "Es un central serio y, sobre todo, muy práctico: no entra mucho en juego, pero está siempre muy metido. Me recuerda a Voro [ex del Valencia y del Superdepor]".
"Hay central para años", augura Ferrando. Uno más. Es el puesto más prolijo del Valencia. Nada en la abundancia de Ayala, Pellegrino, Marchena y, ahora, llega el hombre sin miedo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.