La policía arresta a ocho chicos que asocia a la 'banda del pegamento'

La policía trasladó ayer a centros de protección de menores a ocho chicos magrebíes, con edades entre los 11 y los 17 años, que se cobijaban en un solar de la calle de la Bolsa (Centro). La Jefatura Superior de Policía relaciona a algunos de estos chavales con lo que se ha dado en llamar la banda del pegamento para denominar a grupos de menores marroquíes que tras emigrar solos a Madrid caen en la marginalidad y malviven en la calle cometiendo hurtos y robos con violencia. El nombre del grupo proviene del hábito de inhalar colas que tienen algunos de estos chicos.

La policía atribuye a la banda del pegamento robos en grupo a últimas horas de la tarde y por la noche, sobre todo a mujeres y turistas, en calles y plazas de Centro. Cuando a principios de año comenzaron a actuar en las inmediaciones de la plaza de Lavapiés la comisaría del distrito estableció un dispositivo y logró el arresto de varios de ellos, que fueron ingresados en centros de acogida.

Siempre según las mismas fuentes, ante la presencia policial en esa zona, los chicos se movieron al barrio de Chueca, donde los agentes repitieron sus controles y varios de ellos fueron detenidos e ingresados en centro de menores o en reformatorios si estaban imputados en algún delito.

De nuevo se desplazaron, en esta ocasión a la plaza de Jacinto Benavente y Santa Ana, Montera, Gran Vía y Puerta del Sol. Los agentes siguieron la pista del grupo de menores y trasladaron sus controles por las zonas.

Objetos costosos

A veces, según la jefatura de policía, estos chicos tienen grandes cantidades de dinero y objetos de costosas marcas (gafas, cámaras fotográficas...) cuya procedencia no pueden justificar. Tampoco los agentes logran siempre averiguar dónde los han obtenido. En otras ocasiones (ocho este año) los menores fueron sorprendidos in fraganti en algún delito.

Cuando la policía encuentra a un menor deambulando por la calle debe dar aviso a la fiscalía y trasladarlo al centro de acogida de Hortaleza, de la Comunidad. Si se trata de un inmigrante solo lo primero que intentan las autoridades es devolverlo con su familia, algo difícil porque los chicos, como rechazan regresar a su país, no facilitan información.

El reglamento de la Ley de extranjería establece que si en nueve meses no se consigue localizar a los padres de los chavales el Gobierno español debe documentarlos con un permiso de residencia, plazo que a menudo no se cumple según han denunciado en repetidas ocasiones las ONG que trabajan con estos muchachos.

El Defensor del Menor, Pedro Núñez Morgades, propone que se ponga un marcha "con urgencia" un programa de atención a estos niños de la calle, que él cifra en unos 70. "Ya se han desarrollado programas con ONG especializadas y representantes instituciones públicas, pero la falta de financiación ha impedido una actuación continuada", añadió.