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Reportaje:VELA | La Copa del América busca aguas europeas para su disputa de 2007

Valencia vende sus brisas

En pugna con Lisboa, Marsella y Nápoles, la candidata española ofrece su excelente campo de regatas

Valencia trata de hacer valer su excepcional campo de regatas en la carrera por acoger la legendaria Copa del América en 2007. La ocasión es histórica. Después de 152 años, la denominada fórmula 1 de la vela ha vuelto a Europa, de donde salió en 1851. La victoria del Alinghi, suizo, ante el New Zealand, neozelandés, en aguas de Auckland, el pasado marzo, fue celebrada por decenas de ciudades europeas, que, raudas, presentaron su candidatura a albergar la multimillonaria competición. Lisboa, Marsella, Nápoles y Valencia son las que han llegado a la final tras superar varios cortes.

La compañía American Cup Management (ACM), que representa los intereses del último vencedor y, a la vez, posee los derechos del torneo, dará a conocer antes del próximo 15 de diciembre cuál de las finalistas será la sede de la 32ª edición de la prueba velística más prestigiosa. La grandeza de la regata se mide en números. Según una auditoria de Ernest & Young, durante el periodo que duró la competición anterior generó en la región de Auckland 473 millones de euros de beneficios y 640 en el resto de Nueva Zelanda. Y eso que se disputó en los antípodas, circunstancia que, según los expertos, limitó su impacto.

La última edición dio 473 millones de euros de beneficio a Auckland y 640 al resto de Nueva Zelanda
"Los vientos serán incluso más importantes que las infraestructuras para elegir la sede"

Sin hacer ruido, Valencia ha dado pasos de gigante en la dura pugna por convertirse en la capital mundial de la vela dentro de cuatro años. "La nuestra ha sido una labor discreta", afirma José Salinas, director ejecutivo de su candidatura. Por el camino han quedado firmes aspirantes, como Palma o Barcelona por citar algunas de las 62 ciudades que optaban a la prueba. "Nuestro proyecto es sólido. Esto lo han percibido los suizos", indica Salinas, quien añade: "Tampoco hay que obviar la habilidad para negociar del grupo de trabajo que formamos. En todo momento, hemos sabido cuáles eran las prioridades y los aspectos que había que explotar. Hemos captado perfectamente los mensajes de la ACM. La ACM es la compañía creada por la Sociedad Náutica de Ginebra, a la que pertenece el Alinghi, para organizar la próxima edición.

Cuando habla de mensajes, Salinas se refiere a las intenciones del Alinghi, que pasan por que Europa deje el listón muy alto, por que la edición de 2007 sea una referencia para los futuros organizadores, por popularizar la vela y por batir récords de audiencia.

La candidata española a acoger la Copa del América tiene a su favor el régimen de vientos que predomina en la zona durante todo el año, idóneo para la navegación, y las características de su puerto deportivo. Michel Bonnefous, director ejecutivo del sindicato suizo, valoró durante una de sus visitas a Valencia el hecho de que las embarcaciones pudieran tener acceso en apenas unos minutos desde la base, en la dársena del puerto, hasta el campo de regatas. "Podríamos ahorrarnos tres horas todos los días en desplazamientos", afirmó Bonnefous. En Auckland, donde se celebró la última edición, los barcos tardaban más de una hora en cubrir el recorrido desde la base hasta la salida, recuerda Manuel Casanova, el presidente del Club Náutico de Valencia, quien asistió en Nueva Zelanda al último desafío.

En todo caso, la magnitud de la competición obliga a adecuar el puerto valenciano a las exigencias de la competición y los competidores. En este sentido, para facilitar las maniobras de los barcos y ganar tiempo, las autoridades valencianas proyectan la construcción de un nuevo canal de 800 metros de largo y 80 de ancho que permitiría cubrir el trayecto hasta la salida en menos tiempo aún.

El Gobierno se ha comprometido a cofinanciar las obras si Valencia es elegida sede. "No escatimaremos los esfuerzos", ha dicho el ministro de Economía y vicepresidente primero, Rodrigo Rato. "Se trata simplemente de adaptar una instalación que ya existe, el puerto, a la competición. No hay que construir nada nuevo. Esta circunstancia es valorada por la organización, pues no todas las candidaturas cuentan con esta ventaja. La obra que deberían acometer sería mayor", apunta Salinas.

La inversión es todavía un misterio, puesto que las instituciones públicas se han negado, "por discreción", a revelar las cifras. En todo caso, las obras se realizarían en derredor del puerto. "La vela", dice Casanova, uno de los impulsores de la candidatura valenciana, "tiene una gran ventaja. Y es que el mar está ahí. Tampoco hace falta levantar grandes pabellones ni polideportivos futuristas. El escenario de la competición ya está construido".

Pero, si el diseño del puerto ha sido clave en la proyección de Valencia en detrimento de otras ciudades, los expertos coinciden en que las condiciones climatológicas de la zona juegan un papel primordial. Esto ya lo advirtieron los responsables del Alinghi, entre ellos su patrón, el neozelandés Rusell Coutts, días después de ganar el último desafío: "Los vientos serán incluso más importantes que las infraestructuras a la hora de designar la próxima sede". Y Valencia ganó muchos puntos cuando el meteorólogo del barco suizo, John Bilger, visitó la ciudad y comprobó in situ el régimen de vientos que predomina en el área: brisas de una dirección constante y una velocidad de entre 10 y 15 kilómetros por hora. Según el Centro Meteorológico de Levante, en los dos últimos años se pueden contar con los dedos de una mano los días que en Valencia no se daban las condiciones para navegar.

Junto con la aspirante española, Lisboa-Cascais presenta un campo de regatas también excelente, aunque la mar es más gruesa y los vientos menos previsibles y menos constantes.

"Tenemos el mejor campo de regatas de Europa", asegura Patrick Monteiro, el presidente de la comisión organizadora de la candidatura portuguesa. Otra opinión tiene Pedro Campos, el regatista gallego impulsor de los desafíos españoles a la Copa del América en 1992, 1995 y 2000. "El campo de regatas de Valencia está a años luz del resto de los aspirantes".

Valquirias y regalos

A Michel Bonnefous, la mano derecha del dueño del velero Alinghi, el multimillonario suizo Ernesto Bertarelli, propietario del grupo farmacéutico Serono, se le atribuye la frase siguiente: "Si no cortara por lo sano, me llamarían de las distintas candidaturas para presionarme. Me harían regalos, pondrían valquirias a mi disposición... No puedo entrar en ese juego".

Bonnefous, de 37 años, es compañero de colegio de Bertarelli, cuyos lazos familiares con Italia -su esposa es napolitana- han disparado los rumores en las distintas candidaturas. Éstos apuntan a que el magnate helvético, quien, además de patrocinar el Alinghi -una palabra que usaba de pequeño con su hermana-, forma parte de la tripulación, tendría preferencias por la aspirante italiana.

En esta dura pugna por albergar la prestigiosa regata, todas las candidatas tratan de influir de una u otra manera en el sindicato suizo, aunque ello sirva para poco.

Uno de los impulsores de la candidatura de Lisboa es Patrick Monteiro, un alto ejecutivo de las telecomunicaciones portuguesas, muy conocido en el mundo de las regatas, entre otras cosas porque es el dueño del Espirito Santo, un velero de altas prestaciones competitivas.

Pero los aspirantes han jugado sus cartas. Cuentan que, si no llega a ser por Juan Vila, tripulante gallego del Alinghi, los suizos ni siquiera se habrían desplazado a Valencia y la habrían descartado en la primera criba. Por eso dicen que, al cabo, la visita del meteorólogo John Bilger fue decisiva.

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