Rijkaard empieza donde Rexach
Aunque con distintos jugadores, el Barcelona se ha reforzado en los mismos puestos que en 2001
Únicamente dos de los siete fichajes que el Barcelona ha presentado esta temporada se alinearon en Albacete y, por lo que parece, Frank Rijkaard presentará hoy, ante Osasuna, la misma alineación que la pasada jornada en el estadio Carlos Belmonte. Van Bronckhorst y Ronaldinho formarán en el equipo titular mientras Rustu, Márquez, Mario, Quaresma y Luis García se sentarán en el banquillo o se recuperarán en el gimnasio de sus lesiones. Aun cuando no hay ningún motivo para la alarma, y mucho menos si se atiende a la clasificación del equipo, las formaciones del Barça invitan a preguntarse sobre su política de contratación.
Del movimiento del plantel en las últimas tres temporadas se desprende un dato relevante: Rijkaard está montando el equipo a partir de un base parecida a la que dispuso Carles Rexach. Charly incorporó a un portero (Bonano), dos centrales (Andersson y Christanval), un lateral zurdo (Coco), un extremo derecho (Geovanni) y un medio defensivo (Rochemback), además de aceptar un regalo mediático (Saviola). Igualmente Rijkaard dispone de un nuevo guardameta (Rustu), dos marcadores (Márquez y Mario), un zaguero izquierdo (Van Bronckhorst), un jugador de la banda derecha (Quaresma) y un centrocampista (Luis García), así como de una incorporación estrella (Ronaldinho).
"Una vez sabemos cómo ejercer el control del juego, hay que marcar las diferencias con goles"
Vuelve el Barcelona al punto de partida, pero con una significativa diferencia. Puestos a reforzar las demarcaciones de costumbre, y también a desatender las de siempre -un rematador-, los futbolistas incorporados son distintos, sobre todo porque la alegría y el intervencionismo de Ronaldinho se antepone a la tristeza y el absentismo de Riquelme y porque Rijkaard gestiona al equipo de manera muy diferente a Rexach.
Más que por sus planteamientos como entrenador, también controvertidos, Charly fue descabalgado por su fracaso como director deportivo, al punto que, a día de hoy, sólo quedan cuatro jugadores (Overmars, Saviola, Gerard y Andersson) de los que se compraron durante el mandato de Joan Gaspart, su valedor como ideólogo futbolístico. Rijkaard, por contra, ha asumido la política deportiva de Txiki Begiristain, secretario técnico en la directiva de Joan Laporta, que ha delegado en el vicepresidente Sandro Rosell las competencias referentes a la planificación de la plantilla profesional.
Respetuoso con las ordenanzas, lo que no siempre hizo Rexach, Rijkaard sólo se significó en su petición de fichar un lateral izquierdo y organizar al equipo a partir de la defensa. Disputados tres partidos, ha sido magnánimo con el protagonismo de Ronaldinho, expresado su confianza en Van Bronckhorst y ratificado que, en momentos de duda o baja forma de los especialistas, no hay nada mejor que respetar la cohabitación; de ahí, que Ronaldinho, Saviola y Kluivert se mezclen en el once titular sin reparar en el estilo de juego. "Los fichajes se comportan muy bien", argumentó ayer Rijkaard después de almorzar con la directiva en la finca de un familiar de Laporta, "pero la plantilla la forman más de un jugador u once". "Una vez sabemos cómo ejercer el control del juego", añadió, "necesitamos marcar las diferencias con goles".
A juzgar por la declaración de intenciones del entrenador, hoy volverá a jugar el tridente, en la misma medida que no se esperan novedades en la defensa. El nudo del equipo es Cocu, capitán, segundo central y también máximo goleador. Nadie como el holandés domina el ejercicio táctico defensivo, ejerce de medio centro cuando el rival inutiliza a Xavi e impone su jerarquía en las jugadas de estrategia, habilidades que, en contrapartida, obligan a Rijkaard a protegerle con un central más defensivo y rápido, como Reiziger.
Se defiende el Barcelona con un lateral y un medio reconvertidos en centrales, circunstancia que alivia sus problemas estructurales, aunque, a cambio, castiga sus deficiencias frente a arietes grandes y en el juego aéreo. Y ataca con tres puntas que no son necesariamente delanteros: Kluivert, Saviola y Ronaldinho. La omnipresencia del brasileño, que mejora cada pelota que recibe y es capaz de barrer el frente sin perder intimidación, contrasta con la poca productividad del holandés y el argentino, que en Albacete fueron incapaces de rematar a portería. Rijkaard piensa, en cualquier caso, que el tridente da mayor capacidad de sorpresa al equipo en vez de limitar sus movimientos.
Las disfunciones, de todas maneras, han quedado momentáneamente rebajadas por el compromiso de los jugadores con el nuevo proyecto y el ánimo de la hinchada, enamorada de la nueva directiva. Parafraseando a Rexach, Pep Guardiola aseguró recientemente, a la hora de definir la situación: "Charly siempre decía: 'Hay tanta gente que quiere que la cosa vaya mal que centras y soplan tanto que la pelota toca el palo y va fuera'. Puede que ahora soplen para que el balón vaya dentro".
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