Políticos y empresarios critican un AVE que circule a 200 kilómetros
ICV tacha la decisión de "fraude" y el PSC pide que dimita Cascos
La decisión del Ministerio de Fomento de poner en funcionamiento el tren de alta velocidad pero sin que pueda circular a más de 200 kilómetro por hora fue objeto ayer de críticas generalizadas por parte de los empresarios y de los partidos políticos, a excepción del PP, que calificó la noticia de "fantástica". En general, las reacciones se movían entre la indignación y la chirigota. Los más indignados, los empresarios de Lleida, que creen que la decisión es un torpedo contra sus intereses.
"Incompetencia total" fue la expresión que utilizó el diputado socialista Manel Nadal, quien afirmó que es incomprensible que el ministro Francisco Álvarez-Cascos siga en el cargo después de un fracaso tan estrepitoso. "Un año después del primer viaje hecho por el Rey, ni siquiera se dispone de los trenes. En otro país, con un Prestige, Álvarez-Cascos ya no sería ministro, aquí lleva media docena y sigue en el cargo".
No menos contundente fue el portavoz de ICV en el Parlament, Joan Boada, para quien la decisión tomada por Fomento de que el AVE circule a 200 kilómetros por hora es un "fraude". "Se ha hecho una inversión morrocotuda y, lo que es más importante, se han dejado de hacer otras, y el resultado es la nada". Boada cree que la culpa es, en primer lugar, del PP, que ha mostrado su incapacidad para la gestión pública, pero que le han acompañado otros partidos, como el socialista y CiU, apoyando un AVE de "nuevos ricos" que, afirma, no era necesario. Boada lamenta que el dispendio haya servido sólo para que se dejara de invertir en la línea de Ripoll, en vías para mercancías "que podrían ir desde Andalucía hasta el centro de Europa" o en un eje transversal ferroviario "que no existe ni siquiera en estudio".
"Fracaso" fue también la expresión utilizada por el consejero de Política Territorial, Felip Puig, quien recordó que la llegada a Barcelona sigue sin fecha. En su opinión, es muy difícil que llegue antes del año 2006. Puig añadió: "Si el tramo más fácil, el de Madrid-Lleida, ha supuesto tantas dificultades, no quiero ni imaginar lo que puede ocurrir al atravesar el Penedès o el Baix Llobregat".
El portavoz socialista Joaquim Nadal, por su parte, sugirió que lo mejor que se puede hacer para que el tren llegue algún día a Barcelona o la frontera francesa es rezar a la Virgen del Pilar. Mientras, Manel Nadal ponía de relieve el silencio de Fomento respecto a las obras previstas al norte de Barcelona, incluido el supuesto soterramiento en Girona, que inicialmente tenía que estar listo en 2004.
Carmel Módol, de ERC, afirmó que este tren no es el que Cataluña esperaba. En las antípodas, Andrés Ayala (PP) calificó de "fantástica noticia" la puesta en marcha del AVE Madrid-Lleida y defendió que el Ministerio de Fomento "ha hecho las cosas bien y en su tiempo exacto, para garantizar la seguridad de los viajeros".
No es la opinión del presidente de Pimec-Sefes, Josep González, que calificó el inicio de la línea de "pobre" y destacó los fracasos al intentar ponerla en marcha. También Salvador Guillermo, de la patronal Fomento, expresó su perplejidad por la decisión, que supone que los problemas técnicos siguen sin haberse solucionado.
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