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Reportaje:

Entre lo 'cool' y lo degradado

El Carme centra una jornada lúdica de denuncia y una guía con los locales más modernos

Ferran Bono

El Carme es un barrio de contrastes. Junto a un solar impunemente degradado, frente a las tripas de un edificio en mal estado e incluso en los bajos de un inmueble a la espera de rehabilitación se pueden encontrar pequeños establecimientos modernos, de diseño, a menudo calificados con ese término inglés tan exitoso en ciertos ambientes urbanos de cool (literalmente, fresco; popularmente, que está de moda, lo último, que mola). Justo el mismo día de la pasada semana se puso de manifiesto esta condición dual del antiguo barrio de Valencia. Mientras el antiguo convento de El Carme acogía la presentación de la segunda edición ampliada y reestructurada del plano-guía CoolCarmen, en el cercano bar de La Marrana, representantes de diversos colectivos artísticos, con el respaldo de un dinámico portal (www.barriodelcarmen.net) hacían lo mismo con la jornada lúdica y reivindicativa ¿Pintamos algo?, que se desarrollará a lo largo del próximo sábado.

Más de mil personas se reunieron en el claustro gótico del citado convento para dar su apoyo a la iniciativa surgida de tres jóvenes extranjeros instalados en Valencia desde hace ya unos años, "un sueco, una irlandesa y una norirlandesa", comentó el sueco Jordan, propietario de la tienda de discos 3MV y promotor de la idea junto a las dueñas de The Lounge Café y Monki, tienda de ropa, respectivamente. "Hemos comprobado que la gente joven tiene ganas de hacer cosas; es gente creativa y emprendedora que se ha ido instalando en El Carme. En este sentido, hay un movimiento en Valencia que se puede comparar a Barcelona y Madrid, siendo además mucho más barata. Por eso atrae a gente de fuera".

Dar a conocer y divulgar ese "movimiento" que se traduce en establecimientos de todo tipo, desde bares, restaurantes o cafeterías, hasta hoteles para gente joven, además de tiendas de ropa, complementos, y regalos en general, es el propósito de CoolCarmen, que recoge en su nombre el uso extensivo que se hace del barrio más emblemático para referirse a gran parte del centro histórico de Valencia, que incluye barrios como El Mercat o la Seu. Para ello han contado en esta ocasión con el patrocinio de Bodegas Gandia y la implicación directa de los propietarios. El directorio de la guía comprende por una de sus caras 29 establecimientos dentro del apartado de restauración, bares y locales de copas, con un información sucinta de su oferta; por la otra cara, se han reunido 27 tiendas de ropa, complemento, regalos y objetos varios.

Muchos de estos locales conviven con la degradación que, por otro lado, sigue afectando al barrio. Los vecinos son los más saben de ello. De hecho, muchos de los organizadores de Pintamos algo son residentes de El Carme. La gente se ha ido sumando a un proyecto al que están invitados todos los ciudadanos y que se desarrollará en la calle Alta y sus alrededores, sin la colaboración del Ayuntamiento. Se trata de "arte colectivo". Más de medio centenar de organizaciones y empresas y otros tantos creativos participarán el sábado en el encuentro que "nace con la necesidad" de expresarse y mejorar el entorno "de un barrio degradado", señala un comunicado.

Poetas y pintores realizarán murales y graffitis en paredes de solares abandonados. El muro de la resistencia, promovido por los colectivos Poesíasalvaje.com y Al margen, donde los ciudadanos podrán escribir junto a textos recibidos de 12 países. Radical Lliure, por su parte, montará ordenadores en la calle en lo que denominan el primer hack in the street de Valencia, con funcionamiento de una red Linux.

También se pintarán murales y actuarán grupos de percusión, de danza capoeira, de teatro de calle, de títeres, de circo o de mimo. La ONG Valencia Acoge, el proyecto Pluralia o el colectivo Arrozabanda son otros de los implicados en esta jornada lúdica y de denuncia de la especulación y degradación, convocada bajo el lema interrogativo ¿pintamos algo?

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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