Un tribunal suspende la elección de California por falta de urnas
Las máquinas que agujerean papeletas aún funcionan en seis condados
El espectáculo de la convocatoria de nuevas elecciones a gobernador de California ganó ayer una nueva dimensión cuando un tribunal aceptó el último de los recursos presentados contra los comicios y decidió bloquearlos porque en seis condados del Estado -entre ellos, Los Angeles, Sacramento y San Diego- se utilizarán las viejas máquinas de votar que agujerean papeletas, las mismas que contribuyeron al escándalo de los votos nulos en Florida, en las presidenciales del año 2000.
Los más de 130 candidatos de todos los colores políticos y sociales que aspiraban a ser gobernador de California -considerada la quinta economía mundial- y los desconcertados ciudadanos no saben ahora si habrá elecciones el 7 de octubre, si se aplazarán al 2 de marzo, coincidiendo con las primarias, o si ni siquiera se celebrarán.
El Tribunal de Recursos, que no quiere que se repitan las escenas de los papelillos colgantes de cartulinas mal agujereadas, da una semana de plazo para recurrir su decisión, solicitada y conseguida por la Unión de Libertades Civiles, que pide un aplazamiento de las elecciones. El asunto pasará ahora a manos del Tribunal Supremo, en Washington, que podría seguir dos líneas de acción: una, aceptar el razonamiento de que no se puede hacer una elección con máquinas defectuosas, porque el fantasma de Florida está vivo y coleando; dos, asumir ese riesgo, pero privilegiar el razonamiento de que las elecciones de noviembre del año pasado -las elecciones ahora en cuestión gracias a que la legislación del Estado prevé una nueva convocatoria si lo pide un número suficiente de firmas, como así ocurrió- se hicieron exactamente con esas máquinas.
El terremoto de ayer causó desolación en las filas de Arnold Schwarznegger, el actor que encabeza las preferencias de los republicanos para el puesto de gobernador, aunque los sondeos no le daban garantías, y desencanto también en el favorito, el hispano Cruz Bustamante, primero en las encuestas y que había dividido al Partido Demócrata entre los que creen que hay que apoyar a toda costa al actual gobernador, Gray Davis, y los que quieren aprovechar el descontento causado por la crisis económica.
La decisión del tribunal ha coincidido con la presencia en California del ex presidente Bill Clinton, que hace campaña a favor de que se respete el resultado de las elecciones de noviembre de 2002. Clinton hizo el domingo una apasionada defensa de Davis y dijo a los californianos que no debían ser "aquellos de los que todo el mundo se burla, un carnaval, el comienzo de un circo en EE UU en el que echamos a la gente que toma decisiones difíciles".
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