'Air' Urzaiz trae de cabeza al Mallorca
El Athletic, con un juego moderno y profundo, golea al viejo estilo: pase y cabezazo
Pocas veces como ayer, en los últimos años, un partido resumió mejor la síntesis que busca el Athletic desde que Zubizarreta eligió a Valverde para dirigir al equipo: jugar para el futuro sin renegar del pasado. Es decir, la continua búsqueda rojiblanca del valor de su filosofía. Pues bien, el manual teórico ya tiene un vídeo para demostrarlo. El Athletic buscó el gol con velocidad, con paredes constantes, con profundidad por el centro, con diagonales desde los costados, se plantó siete veces en las narices de Leo Franco. Y sin embargo tres de los cuatro goles los consiguió de cabeza, a la antigua usanza, con el viejo pero bello catón del centro enroscado y la figura gigantesca de un delantero centro que se precie, es decir Urzaiz, al que Valverde se rindió para buscar remedio a la sequía de goles. Urzaiz desplomó en dos acciones la credibilidad de la defensa del Mallorca. Un ilustre como Nadal, pero avejentado, y una promesa como Niño, dos jugadores corpulentos, le vieron saltar por encima de sus carcasas como si de Air Jordan se tratara.
ATHLETIC 4 - MALLORCA 0
Athletic: Aranzubia; Javi González, Lacruz, Karanka, Del Horno; Iraola (Yeste, m. 64), Gurpegui, Tiko, Ezquerro (Bordas, m. 78); Etxeberria y Urzaiz (Arriaga, m. 83).
Mallorca: Leo Franco; Cortés, Niño, Nadal, Poli (Nené, m. 49); Campano (Correa, m. 80), Marcos, Colsa, Toni González; Eto'o y Bruggink (Perera, m. 61).
Goles: 1-0. M. 37.Urzaiz cabecea un centro de Javi González. 2-0. M. 42. 2-0. Libre indirecto de Tiko que cabecea Urzaiz. 3-0. M. 74. Etxeberria cabecea un buen centro de Del Horno. 4-0. M. 88. Etxeberria, de penalti, con Eto'o, expulsado Aranzubia, de portero.
Árbitro: Daudén Ibáñez. Expulsó a Leo Franco por cometer penalti a Arriaga. Amonestó a Lacruz, Niño, Marcos y Toni González.
38.000 espectadores en San Mamés.
El gol tiene esas cosas. Un acreditado rematador como Joseba Etxeberria, un tipo frío, hábil y preciso en el área, ambidiestro en el disparo, se encaró en tres ocasiones con Leo Franco, que le repelió las tres ocasiones con el pie. Pues bien, rompió su sequía, cómo no, en un remate de cabeza tras el clásico servicio de un zurdo, Del Horno, que engañó al portero. El Mallorca, un equipo a medio hacer o a medio deshacer, duró media hora sobre el campo. Eso sí, en ese tiempo vistió un traje distinguido: encontró media docena de veces la espalda de la defensa, gracias sobre todo al poderío de Campano por la derecha y la inteligencia de Eto'o, remató un córner al larguero y permitió a Aranzubia demostrar por qué ha hecho un mito de sus reflejos en el mano a mano.
Pero Urzaiz lo derrumbó como si su grandeza (futbolística y física) le intimidara, hasta el punto de marcharse del partido con demasiada antelación. El Mallorca está como un flan, es decir el rival apetecible para un Athletic hambriento que encontró en la lentitud defensiva de su oponente el boquete que buscaba para jugar como le gusta a Valverde. Amparado por el músculo de Gurpegui (o el arte de recuperar el balón) y la caja de sorpresas que es Ezquerro, un futbolista impredecible, el Athletic llegó tocando y volando al área rival, con más precisión de la que acostumbra, pero con el mismo suspenso en la ejecución. Algo así como si sólo disfrutara con las acciones difíciles y le durmieran las resoluciones sencillas. Es su mal, pero ayer encontró el remedio: un buen centro y un buen cabezazo son siempre una buena alternativa, tan bella y tan legítima como cualquier otra.
Valverde tiró de valor: recuperó a Urzaiz, prescindió de Yeste, fulminó a Guerrero (en la grada) y goleó al Mallorca. Habrá quien quiera jugar sólo de cabeza. Valverde quiere las dos cosas: pasado y futuro. Y el Mallorca, presente. Algo que no pasa por acabar goleado y con Eto'o de portero.
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