_
_
_
_

Helena Pimenta, pregonera sin montaje

Sin el amparo de sus habituales escenografías y montajes que gozan de renombre, la directora de teatro Helena Pimenta pregonó las fiestas patronales de su ciudad natal, Salamanca, de la que proclamó que "me enseñó a soñar", con la ventaja de que, una vez metida en el mundo de la farándula, "el teatro y su magia me permitieron reinventar ese lugar soñado". Presentada por el etnógrafo Juan Francisco Blanco como "un lujo para los salmantinos", la mujer que se atrevió meses atrás con el arriesgado montaje valleinclanesco de Luces de bohemia desde el balcón del ayuntamiento, con la plaza Mayor barroca bien poblada de ciudadanos, convocó a celebrar la fiesta y a "dejar a un lado la pálida compañía de la tristeza". Pero la comprometida directora de la compañía Ur Teatro-Antzerkia, antes de lanzar el chupinazo inaugural de la fiestas de la Virgen de la Vega, también dijo a sus paisanos que "os propongo que penséis vuestra ciudad, no sólo como impulso de sus gentes, sino también como ese lugar abierto que, dejando a un lado el miedo al otro, a lo desconocido, continúe siendo un lugar de encuentros donde tenga cabida la solidaridad universal", con la presencia del pensamiento crítico y la búsqueda del saber.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_