Barrera se recrea

Bonita de hechuras y con poca cara, la corrida de Juan Pedro Domecq tuvo, en general, buen fondo. Aun desigual en varas, mostró cierta vocación de pelea y entrega. Y justa de fuerzas, resistió en buen nivel la lidia. Excepción del quinto que, masacrado en varas, llegó muy tocado a la muleta, y el cuarto, que acudió al paso.

Por dulzura y nobleza, también por calidad, el primero de la tarde sobresalió. Fue, no obstante, toro con un punto de mansedumbre en varas. Cuestión ésta que no le restó nota. Con él, Barrera templó por los dos pitones. Y hasta se recreó en la fase final de una faena bien construida. El cuarto fue el otro toro que bajó el nivel de la corrida. Sin entrega y sin humillar, acabó también sin recorrido. Faena de voluntades de Barrera, muy superior a su oponente.

Dos faenas de buena actitud de Manzanares. También dos faenas de pases sueltos, sin ligar. De goteo. Al tercero lo toreó mejor con la izquierda, en faena de menos a más. En el sexto casi calcó la labor anterior. Morante no pudo con el enrazado segundo y la faena no dejó de ser un proyecto muy débil. Al quinto dejó que lo masacraran en varas, en provocativa pasividad. Lo macheteó por la cara sin intención ni actitud.