Todos contra El Guerruj
Los españoles, sin estar en su mejor forma, buscarán un resquicio en la lucha entre Baala y el marroquí
Los mediofondistas españoles buscarán hoy un resquicio en el duelo que presumiblemente mantendrán el marroquí Hicham el Guerruj y el francés Mehdi Baala en los 1.500 metros. La prueba que una vez fue bandera del atletismo nacional ha perdido su condición de icono, pero mantiene el prestigio y una buena nómina de especialistas. A Reyes Estévez, Juan Carlos Higuero y Roberto Parra no se les tiene como favoritos y hasta parecen muy dudosas sus posibilidades de conseguir una medalla. El Guerruj ha sido inaccesible para los españoles durante los últimos siete años. A su vez, Baala ha emergido como una amenaza de primer orden para el africano. Juega en casa, acaba de hacer un registro de 1m 44s en los 800 metros y emite esa clase de seguridad que tienen los atletas que se encuentran en estado de gracia.
El francés se ha consagrado como la gran alternativa, y Estévez ha descendido un peldaño
El campeón africano no tendrá esta vez al lado a sus pretorianos, lo que abre un poco la carrera
Estévez siempre es una garantía. Ha visto mundo, sabe cómo manejarse en las grandes competiciones y dispone de las condiciones para enfrentarse a los mejores. Otra cosa es que las haya desaprovechado en algunas ocasiones. No ha habido ruido a su alrededor a lo largo de esta temporada. Se ha preparado con cuidado y en silencio, con una dedicación intachable. Sin embargo, no ha logrado plasmar en la pista el estado de forma que se le supone. Dio una sensación excelente en las semifinales de los Campeonatos de España, pero en la final se clavó en los últimos 80 metros. A esas altura de la carrera, le falta energía, dificultad que se ha complicado en París por un enfriamiento y por las secuelas de las semifinales. Perdió una zapatilla a falta de 700 metros y pasó un calvario para clasificarse con un pie descalzo. Lo tiene lleno de ampollas y con la piel levantada en los dedos más pequeños.
A Estévez se le recuerda el año pasado en su espectacular recta final con Baala en los Campeonatos de Europa de Múnich. Fue el segundo por milésimas de segundo, pero parecía mejor que el francés. Este año ocurre lo contrario. Baala se ha consagrado como la gran alternativa a El Guerruj mientras Estévez ha descendido un peldaño. Como le sobra clase, no conviene descartarle.
Higuero es otra clase de atleta. Se mueve mejor en las carreras enredadas. Dispondrá de su mejor oportunidad si la prueba viene sucia, con codazos y a un ritmo lento. En esas circunstancias, es un polvorilla que se las apaña para sacar petróleo de su rapidez en los últimos metros.
La noticia está en Parra, finalista de una gran competición después de largos años de frustraciones. El mediofondista más prometedor de España se quedó en la orilla por sus dolencias en una rodilla. Parecía casi perdido para el atletismo, pero subió del 800 al 1.500 y ha encontrado una vida nueva. Todo comenzó con una excelente temporada de invierno, con marcas notables para un novato en la distancia. El atleta inseguro comienza a sentirse confiado, aunque todavía no haya asumido el protagonismo en las carreras. Sus progresos son evidentes, en cualquier caso. Está relajado y satisfecho, disfrutando por fin del atletismo. No es un atleta de carácter eufórico, pero hoy tiene la oportunidad de aprovechar las nuevas sensaciones en su carrera deportiva.
Francia está entregada a Baala. El hombre, sin embargo, es El Guerruj. Es favorito por su palmarés y porque es el mejor. Le han faltado rivales capaces de exigirle mejores registros en el 1.500. Si no está aburrido, lo parece. Ahora juega con la idea de disputar también el 5.000. Es lo que hará en París si todo va bien en la final del 1.500, en la que su autoridad no se discute desde hace demasiado tiempo. Por una vez, no estará defendido por los marroquíes en la final. Estará solo, lo que abre numerosas cuestiones. Con sus pretorianos a su lado, El Guerruj habría lanzado la carrera a un ritmo inabordable para sus rivales. En esta ocasión tendrá que atender a numerosos frentes, aunque ha manifestado que la final guardará una sorpresa. No es imposible verle al frente de la prueba desde el primer momento, pero eso es lo que quiera Baala, un atleta que tiene la velocidad de un ochocentista.
La ausencia de aliados de El Guerruj abre un poco la carrera y favorece a los españoles si son inteligentes. No hay una gran presión sobre ellos, no figuran entre los favoritos y no están en su mejor estado de forma, pero son excelentes mediofondistas, con una gran experiencia en batallas de esta clase, en las que muchas veces nada es como parece. El 1.500 es, entre otras cosas, un juego de máscaras. Esta noche, en París, se verá la realidad.
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