Padilla, a caballo
Héteme aquí que sale el cuarto y, tras varios faroles de rodillas, Juan José Padilla ordena al picador que desmonte, a fin de subirse él y ejecutar la suerte de varas, lo que hizo sin que pareciera haberse reencarnado en él Badila. En banderilla, puso el tercer par al violín y revoloteó posteriormente. Comenzó la faena de rodillas por redondos, para ir entrando después en una normalidad gris, incluso aburrida por insistente y reiterativa. En el primero estuvo tal cual es, voluntarioso, lejano, emprendedor, basto y recursos.
Ricardo Ortiz topó con animal rajado y peligroso. El quinto, algo mejor le propinó un susto al caer ante la cara en un tercio brillante, que había tenido un buen prólogo con el capote. La faena se vio dificultada por el cambio de comportamiento del toro, que empezó al galope y acabó defendiéndose con feo estilo.
Varias ganaderías / Padilla, Ortiz, Ferrera
Cuatro toros de Cayetano Muñoz, el 2º de Gabriel Rojas Vázquez y el 3º sobrero de Gabriel Rojas Fernández. Juan José Padilla: pinchazo y descabello (ovación); dos pinchazos y estocada honda (ovación). Ricardo Ortiz: estocada honda atravesada (ovación); tres pinchazos, ocho descabellos (ovación). Antonio Ferrera: dos pinchazos, estocada baja (ovación); estocada caída (oreja). Plaza de la Malagueta, 12 de agosto. 13ª de abono. Tres cuartos de entrada.
Antonio Ferrera toreó con tantas ganas como escasa fortuna: su labor fue rápida, rápida, predominando el uso de la derecha sin que tampoco pasara a mayores. En el sexto puso banderillas a gran velocidad, combinadas con una extraña gestualización, que recordaba a un famoso conejito de la tele. Con la muleta realizó un notable esfuerzo con resulto discreto.
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