Un detenido por el tiroteo contra tres hermanos en Vallecas

Manuel Enrique Muñoz Lozano, de 38 años, fue detenido en la madrugada de ayer como supuesto autor de los disparos que hirieron de gravedad a tres hermanos Pizarro Dual la noche del jueves en Puente de Vallecas. Según fuentes de la investigación, una discusión del presunto culpable con su esposa, hermana de las víctimas, desencadenó una reacción airada de Manuel Enrique, que la emprendió a tiros con los primeros familiares de su cónyuge con los que se topó en el camino. El acusado fue arrestado cuando acudió al hospital Gregorio Marañón, donde está ingresado su padre.

La historia del tiroteo comienza sobre las cuatro de la tarde del jueves. Celi, la esposa de Manuel Enrique, acudió a un oftalmólogo privado junto con otra hermana. Sufre desde hace más de un mes un problema de inflamación del globo ocular derecho, que le impide ver con ese ojo. Como el tiempo pasaba y no mejoraba de su malestar, decidió ir a una consulta privada para intentar acabar con su falta de visión.

Eso motivó el enfado de su esposo, que la llegó a gritar en público que él no pintaba nada en el matrimonio. Nada más llegar a su casa, en el barrio vallecano de Palomeras, echó de casa a Pilar, una cuñada suya soltera que le ayuda a cuidar los tres retoños con que cuenta el matrimonio durante la convalecencia de Celi. Entonces se inició una discusión dentro del matrimonio. "Él siempre ha dado problemas. Lo mismo estaba borracho que se fumaba un par de porros. No quiere a su mujer, con la que siempre está con broncas", señalaron fuentes cercanas a la familia Pizarro Dual.

Las cosas pasaron a mayores. Él cogió una pistola de pequeño calibre y se dirigió a la vivienda de su suegra, en la calle de Pedro Laborde, cerca de la avenida de Palomeras. Sin embargo, terminó antes su camino. Encontró a los hermanos de Celi en la calle, donde reparaban el coche de uno de ellos, ya que perdía aceite. Los hermanos, al verle en actitud agresiva, se quedaron sorprendidos. Uno de ellos, Lisardo, de 28 años, se le encaró: "¿Adónde vas con esa pistola? ¿Nos vas a disparar? Venga, hazlo. Hazlo si te atreves".

Manuel Enrique no lo dudó y le asestó dos disparos. Uno le entró por el tórax y le salió por el omoplato derecho. La otra bala le entró a la altura del abdomen y le afectó los riñones, lo que le causó una gran pérdida de sangre. Junto al supuesto autor de los disparos iban otras cuatro personas, según los testigos. Entre ellos, estaba el padre de Manuel Enrique, también llamado Lisardo, de 63 años. Éste resultó herido de carácter leve. Padre e hijo son conocidos en Palomeras como los de Alcalá de Henares, ya que han vivido en este municipio desde hace muchos años.

El dueño de la pistola siguió disparando. Alcanzó a otro hermano, Jesús, de 25 años, con un balazo en el tórax, a la altura de las costillas. Éste, además, sufrió fractura del brazo izquierdo y desgarro en un muslo. El tercer hermano, Enrique, de 22 años, se libró de los tiros, aunque recibió golpes por todo el cuerpo. "Nadie se podía imaginar que un padre de familia tuviera una pistola en su casa", señalaron fuentes cercanas a la familia.

Numerosas llamadas

Tras la reyerta, los agresores huyeron a toda la velocidad de la zona. El teléfono de emergencias 112 recibió numerosas llamadas en las que pedían auxilio por todo lo ocurrido. Los familiares de los heridos les trasladaron al centro de salud Ángela Uriarte, en el número 156 de la avenida de San Diego. Los facultativos, al ver la gravedad de las lesiones, solicitaron dos UVI móviles del servicio regional de emergencias Summa, además de una ambulancia de la Cruz Roja. El herido más grave, Lisardo, fue trasladado al hospital de La Princesa, donde fue intervenido hasta las cuatro de la madrugada. Su pronóstico ayer era muy grave, según fuentes hospitalarias. Los otros dos hermanos, Jesús y Enrique, fueron llevados al hospital Doce de Octubre. Jesús permanecía ingresado en la unidad de cuidados intensivos, con pronóstico grave.

"Todo esto se ha producido porque falta el padre de los hermanos. Este señor, que murió hace un mes y medio, sí que era el auténtico jefe de la familia. Todos le tenían un respeto enorme y nadie, ni siquiera Manuel Enrique, se atrevía a levantarle la voz", explicaron las citadas fuentes. "Sus hijos son muy educados y nunca se han metido en problemas. Además, ahora no salían porque estaban guardando el luto por su padre", añadieron. Fuentes de la Jefatura Superior de Policía señalaron que Lisardo tiene un antecedente policial por tráfico de droga.

Manuel Enrique fue detenido cuando éste acudió al hospital Gregorio Marañón. Los familiares de los hermanos avisaron a la policía ante la posibilidad de que el supuesto pistolero acudiera a ver a su padre. Al lugar se desplazaron varios coches patrulla. Cuando los familiares de los Pizarro Dual le vieron entrar, se lo dijeron a los policías, que lo arrestaron antes de que accediera al hospital. Los agentes de Policía Científica le hicieron la llamada prueba de la parafina que permite determinar si una persona ha disparado un arma por los restos de pólvora que le quedan en las manos. Estos policías encontraron en el lugar de los hechos tres vainas, dos balas, una navaja, un puñal y resto de sangre de las víctimas.