La cadencia del tiempo en La Laguna
A paso lento, pasado y presente se mezclan en la antigua capital de Tenerife
Aromáticas, tranquilas, silenciosas, nostálgicas y húmedas. Así son las noches de verano de La Laguna, ciudad universitaria en la que la ausencia de los estudiantes extiende una suerte de velo de intimidad sobre unas piedras, unas plazas, unos rincones tan evocadores que hacen olvidar que apenas a unos kilómetros, océano abajo, pieles blancas ávidas de buen clima se disputan un lugar bajo los rayos del sol.
La Laguna, patrimonio de la humanidad, primera población y primera capital de la isla de Tenerife, no sólo no oculta su histórico pasado, sino que lo exhibe orgullosa entre paraísos, flamboyanes, laureles de Indias y unos verodes que se abren camino hacia la luz por los resquicios de las tejas del país o entre las rejas de una balconada. "Colonial" es el adjetivo más recurrente. Colonial, ¿respecto a qué? ¿Del archipiélago respecto a la Península? ¿De muchas ciudades iberoamericanas respecto a España? ¿Colonial de ida? ¿Colonial de vuelta? Colonial de tránsito, de puente, de mestizaje, de encuentro, de exilio, de acogida. De lo que en definitiva, y ésa es una de sus mayores riquezas, está hecha el alma de los canarios. El busto de Artigas, libertador de Uruguay, lo recuerda entre las sólidas palmeras del Camino Largo: Montevideo fue fundada por canarios, y el general de origen español regaló al mundo un hermoso lema: "piedad para los vencidos".
Alberga la universidad más antigua del archipiélago y la sede del Instituto de Astrofísica de Canarias. Trazada hace quinientos años, acogió todos los poderes y fue modelo arquitectónico en América. Ahora mira al cielo de los planetas y al de las cálidas noches de verano.
Intimidad y algarabía
La plaza del Adelantado, en la que se entremezclan, en total armonía, la naturaleza y las piedras monumentales, la historia y el devenir cotidiano, la intimidad de la clausura y la algarabía de la recova, constituye un excelente punto de partida. Allí aguarda, varado, un trenecito que hace sonar su musiquilla para reclamar la atención de los viandantes y cuya conductora, a la pregunta de "a qué hora sale", tiene una pronta respuesta: "En cuanto se suban". Así sigue siendo el día a día por estas tierras, por más que las estadísticas, la especulación y los desafueros urbanísticos lleven muchos años tratando de convertirlas en otra cosa.
Recuerda la denominación de la plaza a aquel adelantado, Alonso Fernández de Lugo, que comandaba las tropas castellanas que acabaron con la resistencia de los primitivos habitantes de la isla. Corría el siglo XV, bien a sus finales, y los arquitectos de la Corona se encontraron con un auténtico privilegio: trazar una ciudad ex novo. Eligieron para ello el valle de Aguere, desecando la laguna (eso significaba su denominación guanche) que le daría nombre: San Cristóbal de La Laguna.
Sus bien trazadas calles y edificios albergarían durante tres siglos todos los poderes: el real, el religioso y el militar. Esta profunda huella se vio enriquecida por la presencia, a partir de 1742, de la universidad, la primera del archipiélago. A ese poso histórico, fundacional, vino a darle la mano el más vibrante futuro, representado por el Instituto de Astrofísica de Canarias, que tiene allí su sede. Los dos complejos internacionales de observatorios astrofísicos, situados en Izaña (Tenerife) y El Roque de los Muchachos (La Palma), se cuentan entre los más importantes del mundo, mientras que el Museo de la Ciencia y el Cosmos lagunero constituye desde 1994 un espacio idóneo para adentrarse en los fascinantes secretos del cuerpo humano, la tierra, el sol y el universo.
La torre de la Concepción define el perfil más identificable de la ciudad. Levantado el templo en el XVI, en los años setenta del pasado siglo sufrió un derrumbe, y de entonces data su profunda restauración. El otro punto de referencia religioso es la catedral, de mayor importancia jerárquica, pero menos atractiva a los ojos del viajero: en 1897 hubo de ser derribada por amenaza de ruina, levantándose en estilo neogótico, aunque conservando su fachada neoclásica.
Novias y siervas
El afecto de los laguneros está depositado, sin embargo, en el convento dominicano de Santa Catalina de Siena, de 1611, que se abre a la plaza del Adelantado con su inequívoco ajimez, balcón esquinado de madera, de intrigante celosía. Alberga dos historias, teñidas de leyenda; de las dos quedan huellas fehacientes. En la primera, una joven de noble familia huyó durante el banquete de su boda, refugiándose en la clausura del convento. A ella pertenecería el vestido, bordado en oro, que lleva la imagen yacente de la Virgen Difunta, cuya fiesta se celebra el 15 de agosto. El esposo colocó el amor por encima del despecho, y se cuenta que pasaba las noches contemplando desde el vecino palacio barroco de Nava los muros que cercaban a su imposeíble amada.
Hasta este mismo convento acuden, cada 15 de febrero, personas procedentes de toda la isla para contemplar el cuerpo incorrupto de sor María de Jesús de León, conocida popularmente como La Siervita. Nacida en El Sauzal (Tenerife) y muerta en La Laguna en 1731, despierta una profunda devoción.
Tiene más, mucho más, este emblema histórico y monumental, que disfruta de un microclima frío y húmedo, dando lugar a las mantas esperanceras -del pago La Esperanza-, popularizadas por Los Sabandeños. La traza primitiva del Ayuntamiento es de 1546, mientras que la Casa de los Capitanes Generales fue erigida entre 1624 y 1631. Entre las magníficas fachadas destacan la plateresca, de elaborada cantería, de la Casa del Corregidor, y la manierista del palacio de Lercaro, del siglo XVI, donde los genoveses dejaron su huella, igual que lo hicieron portugueses, andaluces, catalanes y mallorquines.
Y tiene La Laguna, sobre todo, las noches de verano, cuando el adoquinado suelo del casco antiguo devuelve las lentas pisadas, las farolas iluminan apenas el deambular de algunos transeúntes y la ciudad entera se ofrece, desnuda y generosa, a quien quiera sentirla. La trazaron así hace quinientos años. Y a veces (pocas veces) hay amores capaces de resistir, embelleciéndose, el paso del tiempo.
GUÍA PRÁCTICA
Dormir
- Hotel-apartamentos Nivaria (922 26 42 98). Plaza del Adelantado. Con fachada canaria. Habitación doble con desayuno, 75,80 euros.
- Hotel Aguere (922 25 94 90). Obispo Rey Redondo, 57. En pleno casco antiguo, en la casa de Torrehermosa, de 1720. Habitación doble con desayuno, 63 euros.
Comer
- Casa Telesforo (922 63 29 77). Plaza de San Cristóbal, 3. Comida canaria. Entre 8 y 15 euros.
- El Dornajo (609 80 68 00 y 636 20 77 26). Juan de Vera, esquina con Anchieta. Comida canaria. Menú, entre 8 y 15 euros.
- El Principito (922 63 39 16). Santo Domingo, 26. Restaurante francés. Unos 30 euros.
- El Secreto (922 25 92 26). Ascanio y Nieves, 6 (plaza de la Concepción). Bistro con patio canario. Se come por unos 25 euros.
- La Posada de los Mosqueteros (922 25 49 65). Santo Domingo, 24. Tasca con cocina creativa. Entre 12 y 15 euros.
- La Tasca Lagunera (922 25 66 53). Doctor Antonio González, 6. Comida canaria. Alrededor de 10 euros.
- Ostería da Andrea (922 26 05 01 y 922 26 66 37). Deán Palahí, 26. Cerca de la catedral. Cocina mediterránea. Unos 20 euros
Marte, más cerca
- Museo de la Ciencia y el Cosmos (922 31 52 65, 922 31 50 80 y www.museosdetenerife.org). Vía Láctea, s/n. Hace 59.916 años que Marte no estaba tan cerca. El momento culminante se producirá el 27 de agosto. A las 21.30, el Museo de la Ciencia y el Cosmos conectará con el observatorio del Teide para ver las imágenes del histórico acercamiento captadas por el telescopio Mons. El 23, 24, 26, 27 y 28 de agosto, observaciones astronómicas a partir de las 22.00. El 26 se inaugura Turismo Cósmico, un viaje de veinte minutos al Sistema Solar, con escala en el planeta Marte.
Información
- Información turística en la plaza del Adelantado (922 63 11 94), desde donde parten rutas guiadas gratuitas.
- www.aytolalaguna.org.
- www.historia-viva.org.
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