Una exposición en Barcelona repasa la historia de los faros
El Museo Marítimo de Barcelona dedica hasta el próximo 30 de septiembre una exposición a los faros, los lazarillos del navegante al acercarse a la costa. Expofaros 2003, título de la exhibición organizada por Puertos del Estado, ofrece un recorrido por la historia de estos edificios que a lo largo de su existencia se han ido cargando de leyendas y misterio. Una exposición que muestra también los cambios que se están produciendo en estas instalaciones con la aplicación de las nuevas tecnologías a la navegación.
La exposición arranca con una introducción a los sistemas de ayuda a la navegación y continúa con un recorrido histórico por los faros. Así, se dedica especial antención a los dos faros que aún se conservan en España desde las edades Antigua y Media: la Torre de Hércules en A Coruña y el faro de Porto Pi en Mallorca. Otros fueron cayendo por distintos motivos, por ejemplo, el faro del gaditano castillo de San Sebastián fue demolido por temor a que sirviera de referencia a los estadounidenses para un ataque durante la guerra de 1898. En su lugar se levantó una estructura metálica que fuera fácilmente desmontable.
Faro de última generación
La exposición recoge en una maqueta este nuevo diseño metálico. También hay maquetas del antiguo faro de Buda, en el delta del Ebro; el faro de Castro Urdiales (que se levantó en 1853 sobre un torreón del castillo de Santa Ana), y el faro de Punta Hidalgo, en Tenerife, que perenece a la última generación de faros españoles y se construyó en 1992. Las costas españolas cuentan actualmente con un total de 187 faros.
El año 1847 marca un hito en la señalización de la costa española con la elaboración de un primer Plan General de Alumbrado Marítimo de las Costas y Puertos de España e islas adyadentes. Entonces se iluminaba al marinero con lámparas de aceite de oliva, luego llegaron las de parafina y petróleo y las de gas. Lámparas que se incluyen también en la exposición, como las bombillas eléctricas que se utilizaron con posterioridad.
También se exponen en esta exhibición las máquinas de relojería que marcan la cadencia en la luz y las ópticas que los convierten en "los ojos de la noche", como se los denomina en la exposición. Se incluye en esta zona la óptica del faro de Sant Sebastià de Calella de Palafrugell.
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