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Entrevista:LORENZO CAPRILE | Diseñador de trajes de novia

"Las de penalti no deben casarse de blanco"

KARMENTXU MARÍN

Pregunta.Escribió Vamos de boda, un manual para novia e invitados. ¿Era imprescindible?

Respuesta. Yo qué sé. Ay, qué pregunta. En cierta manera sí, porque la gente tiene muchas dudas.

P. El personal es un desastre vistiéndose de ceremonia?

R. No, pero uno no se pone una peineta y una mantilla todos los días, ni o lleva una cola de tres metros todos los días.

P. ¿Cuántos trajes de novia habrá hecho?

R. Muchos. Son ya diez años de taller.

P. ¿Los hace como churros?

R. Nooo, por Dios. Cada traje son unas 250 o 300 horas de trabajo, entre todo el equipo.

P.¿Su novia de más postín ha sido la infanta Cristina?

R. Lógicamente, sí

P¿Cuál ha sido su favorita?

R. Uf, hay muchas. Carla Royo-Villanova, Amparo Corsini, Sandra Falcó, Morucha Galatas, Paloma Alonso Martínez, las Espinosa de los Monteros…

P. ¿Ana Aznar hubiera ido mejor vestida por usted?

R. No creo. Estaba estupenda.

P. ¿También le encantó su señora madre, con aquellos ribetillos horizontales que no la estilizaban mucho?

R. Más que el vestido, yo hubiera evitado el todo a juego: el zapato, el bolso forrado. Con los zapatos tan maravillosos que hay en España: Pura López, Úrsula Mascaró, Paco Gil... Y, además, se los hubieran regalado.

P. Si fuera mujer y se casara, ¿quién le haría el traje?

R.¿A mí? Pertegaz. Lo tengo clarísimo. Tenemos ahí, en Barcelona, un maestro sobreviviente de un tiempo glorioso de la alta costura mundial. Para mí sería un honor.

P. No le gustan los velos por la cara. ¿Qué aconseja entonces que levante el contrayente antes de besar a la novia?

R. Nada. ¿Qué tiene que levantar? Esa tradición es absurda, de Hollywood de los años treinta.

P. Dice que bolso, no. ¿Qué haría Isabel de Inglaterra?

R. Pues no lo he pensado, la verdad [ríe]. Pero vamos, ella a su boda no llevó bolso.

P. Casarse de penalti: usted es partidario de la confesión.

R. Sí, que me lo digan. Pero eso ya, gracias a Dios, casi ni existe. Y no deben casarse de blanco, porque engorda y se te marca mucho más. A mi taller vienen poquísimas: habré hecho cinco o seis en diez años.[RÍE]

P. ¿Quiere decir que a usted le llegan todas en perfecto estado de revista?

R. Ay, ay, pues no lo sé [risas]. Eso no se lo pregunto.

P. ¿Cuál ha sido su clienta más pesada: Arantxa del Sol, Marta Sánchez, Francesca Garrigues, Sandra y Carmen Falcó, alguna princesa o afín…?

R. Con nombres y apellidos no se lo puedo decir. Son personas inseguras, que no confían en tu trabajo. Y lo que a todos los diseñadores se nos hace muy cuesta arriba es este desfile interminable de gente que viene a las pruebas. Lo peor es cuando te ves involucrado en una guerra civil entre suegra, consuegra, novia o cuñada.

P. ¿La infanta Cristina fue de las pesaditas? ¿Traía mucha corte?

R. Qué va. Ojalá todas fueran como ella. Venía con quien tenía que venir. La clienta perfecta.

P. Dice que en las bodas civiles hay mucho quiero y no puedo. ¿Y si a la chiquilla le hace ilusión llevar cola?

R. Pues que la lleve, pero que no exagere con cuatro metros, porque no creo que haya ayuntamientos tan grandes.

P. Para una segunda o tercera boda, ¿aconseja primero a la contrayente estirarse?

R. Ay, no, ¿por qué? No lo aconsejo nunca. Y si me oye mi amigo Enrique Monereo me mata. Pero si te hace feliz, y te quitas un complejo de encima, hazlo.

P. ¿A quién se ha quedado con ganas de llevar al altar firmada por Caprile?

R. Me hubiera encantado vestir a Rocío Jurado en su segunda boda. Haberle hecho un traje de flamenca blanco espectacular. Lo que llevó no me gustó.

P.Tiene en el baño el traje de novia de Barbie. ¿Es su ideal?

R. Me lo regaló una amiga. Aunque he vestido a la Barbie en una ocasión. No es mi ideal, pero me trae muchos recuerdos, porque yo de pequeño jugaba con las barbies con mi hermana Laura.

P. ¿Todas sus clientas son del área marquesona o similar?

R. No, no, no. A mí esas cosas no me van. En eso soy muy democrático. Para mí todas son iguales.

P. ¿Las hay muy brujas?

R. Algunas, sí. Pero no puedo decir nombres, porque me dan de comer. Amigas que vienen acompañando a otra, le dicen que un traje no les queda bien, y luego vienen ellas solas a encargárselo. Muy brujas.

Lorenzo Caprile, en su taller del barrio de Salamanca, en Madrid.
Lorenzo Caprile, en su taller del barrio de Salamanca, en Madrid.ULY MARTÍN

PERFIL

Tiene 35 años, es licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad de Florencia, pero lo suyo es claramente la aguja y el corte, la tijera y el tul. Se considera un privilegiado por dedicarse a lo que le gusta. Va de prudente hablando de las tonterías de la clientela, porque, como él mismo dice, come de ella.

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