España vuela

La selección española cruzó la primera fase del campeonato como un tren de alta velocidad, sin detenerse en apeaderos, a todo trapo. La estela que dejó el juego español, un vendaval, sumió en la perplejidad a Eslovaquia, que casi sin enterarse encajó sin pestañear un severo correctivo. Una exhibición, que tras el determinante triunfo ante Rusia, exime a España de la eliminatoria de octavos de final y la sitúa directamente ya en la de cuartos de final. Allí se enfrentará al vencedor del partido entre Rumania y Serbia-Montenegro, la selección que hace sólo unas semanas se proclamó campeona de Europa en una final ante Croacia que acabó como el rosario de la aurora, con agresiones y varios heridos.

La movilidad y rapidez del equipo español apenas encontró resistencia en Eslovaquia, que lo fió todo a una presunta superioridad física que no se vio por ningún lado. En cambio, España exhibió más variantes ofensivas que ningún otro día. Los eslovacos apenas resistieron el primer cuarto. Después sucumbieron porque apenas eran capaces de resistir la veloz transición de defensa a ataque de España y su defensa siempre quedó muy expuesta. Ballart, Pedrerol y Gabi Hernández tejían en la búsqueda de una acertada selección de tiro. No tardaron en llegar los goles, desde todas las posiciones y de todas las formas posibles. Lanzamientos cruzados de Chava Gómez, lejanos de Iván Moro y Gabi Hernández, de reverso desde la posición de boya de Sánchez Toril o con remates que culminaron las excelentes asistencias de Dani Ballart.

En el tercer cuarto, España dejó resuelto el partido, tras abrir una brecha (8-2) que no permitía vuelta de hoja. Sin embargo, el equipo español se dejó ir en exceso y en el inicio del último cuarto actuó con cierta dejadez, sin cerrar atrás como lo había hecho hasta entonces. Joan Jané se enojó, más incluso que durante el partido de Rusia, cuando pintaban bastos y España perdía por dos goles en el tercer cuarto.

El seleccionador observó ayer, más que conformismo, cierta desidia. Descuido en pequeños detalles que se pagaron al precio de tres goles. Por eso le dio vueltas a la alineación. Pese a perder el último parcial, el equipo acabó más entonado y no permitió que Eslovaquia maquillase la goleada más de la cuenta. El campeón llega a cuartos de final intacto, ofreciendo la sensación de que todavía puede meter una marcha más a su juego, algo que probablemente necesite para llegar a semifinales.