El lancero libre

Con ese talento que tiene para la ironía de trazo grueso, Aquilino Duque (Sevilla, 1931), poeta y novelista, es un escritor incómodo, y por eso suele decir que un amigo suyo traduce, a su intención, lo de free lance como lancero libre, y en cierto modo eso es. Es un escritor, sí, político y satírico, que se mueve muy bien, literariamente, por la Andalucía de su juventud, o de sus antepasados, y también como un irónico cronista del Imperio austro-húngaro (hay varios relatos en este volumen con ese paisaje). Considerado como poeta, se dio a conocer en 1966 con una novela, Los consulados del Más Allá, y con una novela corta, esta que da título al libro ahora comentado, La Operación Marabú , y en el que se recoge toda su producción cuentística; resultado, ambas cosas, de su mirada sarcástica, humorística e ingeniosa puesta en el último tercio del siglo XIX, una mirada que le sale más valleinclanesca que galdosiana. La Operación Marabú, la novela corta que es el espinazo de este libro de relatos desigual, es una espléndida opereta vienesa, llena de conspiradores, masonazos, integristas, pretendientes, toreros, almas de juerga, señoritos ociosos y enamoradizos, en la que pone en solfa el siglo. También el XX es objeto de sus sarcasmos, de su guasa y de su afán por la desmitificación política, desde una postura manifiestamente reaccionaria que flaco servicio le hace a su narrativa, que no ha obtenido, en todos estos años, el reconocimiento que se merece, y ahí están libros recientes, como su novela Las máscaras furtivas , una historia andaluza y cosmopolita sobre los años treinta y cuarenta y que es un extraordinario relato, como lo es El rey mago y su elefante , una exploración por los despeñaperros de la memoria, o Mano en candela , un polémico ajuste de cuentas con los mitos culturales imperantes, en un continuo duelo al amanecer, que ha provocado la caída de este último libro (los tres en Pre-Textos) en la zanja del silencio administrativo. En fin, La Operación Marabú es, por ahora, el último intento de dar a conocer, con la excusa de recoger sus relatos, a un narrador insuficientemente valorado.