Previsiones negativas

La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) enfrió ayer los ánimos de analistas e inversores al recortar sus previsiones de crecimiento para este ejercicio. Estima el banco central estadounidense que la economía crecerá 0,75 puntos menos que en su anterior previsión, hasta situarse entre el 2,5% y el 2,75%, y el anuncio llega justo cuando en los mercados se jugaba con la posibilidad de que la recuperación estuviera a la vuelta de la esquina.

Los mercados de valores acusaron el impacto de la noticia y la esperada orientación positiva quedó en suspenso hasta contar con más datos. Entre las posibles claves cabría situar el mensaje del presidente de la FED, Alan Greenspan, en el que afirmaba que los tipos de interés bajarán más si hace falta. Ni una alusión a la esperada reactivación de la economía.

Con este panorama -el día anterior fue la CE la que rebajó las previsiones de crecimiento de la eurozona-, la respuesta de las bolsas no ha sido todo lo mala que cabría esperar, ya que el Ibex 35 cedió tan sólo el 0,65% para cerrar en 7.000 puntos, "ni para aquí ni para allá", según un habitual del parqué madrileño. El índice general de la Bolsa de Madrid cedió el 0,58% y cerraba en 735,21.

La Bolsa de Nueva York también se inclinaba a la baja a media sesión, a pesar de que los inversores contaban con un dato que, en otras circunstancias, habría resultado muy positivo: el gasto de los consumidores en junio creció el 0,5% y, curiosamente, confirma las expectativas de los analistas frente al criterio de la FED para el conjunto del año.

La evolución del resto de los mercados de valores europeos fue también medianamente negativa, con recortes del 0,34% en París y del 0,61% en Londres, mientras que Francfort perdía el 0,06% poco antes del cierre. Los inversores se encuentran atrapados entre las expectativas manejadas por los analistas, bastante positivas, y las previsiones oficiales, otra vez negativas, lo cual augura un verano con la volatilidad en niveles máximos.