El nuevo Consejo de Gobierno de Irak promete democracia

Tres meses y cuatro días después de que las tropas de Estados Unidos entraran en Bagdad y derrocaran el régimen de Sadam Husein, Irak estrenó ayer un Consejo de Gobierno que se comprometió a guiar el país hacia un sistema democrático y federal que garantice el respeto a los derechos humanos. El nuevo Ejecutivo, integrado por 25 iraquíes representantes de la composición étnica y religiosa del país, tendrá amplias competencias en seguridad y economía, pero sus decisiones estarán sometidas al veto de EE UU.

La primera decisión del nuevo Gobierno de transición iraquí fue anular todos los días festivos que tenían que ver con Sadam o el partido Baaz y declarar fiesta nacional el 9 de abril, día de la caída del dictador iraquí. "Hemos arrojado a Sadam al cubo de la historia y no volverá jamás", afirmó el líder religioso chií Seyyid Mohamed Bahr ul Ulum, que leyó un comunicado en nombre de todos sus compañeros al concluir la primera reunión del Gabinete.

Ul Ulum añadió que los objetivos más urgentes del Consejo de Gobierno serán garantizar la seguridad, revitalizar la economía y poner en marcha los servicios públicos. El Consejo tendrá amplias competencias, pero Estados Unidos podrá vetar cualquier decisión que vaya en contra de sus intereses. No obstante, los representantes de Washington en Bagdad anunciaron su intención de no recurrir nunca a este privilegio. El virrey de EE UU en Irak, el diplomático Paul Bremer, se mantuvo ayer en un deliberado segundo plano durante la presentación del nuevo Gobierno y cedió el protagonismo a las nuevas autoridades iraquíes y al representante especial de la ONU en Irak, Sergio Vieira de Mello, quien declaró que la formación del Gobierno es un primer paso "hacia la soberanía plena de Irak y el cumplimiento de la Resolución 1.483 del Consejo de Seguridad".