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Nikolaidis, el delantero que huyó del AEK griego

Themistoklis Nikolaidis, Demis para los amigos, ya no aguantaba más en su club, el AEK. Ni un minuto más. Pero ya puede respirar. Desde ayer, es jugador del Atlético. Y lo será por un año si cumple el contrato que firmó en el Calderón junto a su prepresentante Ernesto Brozetti.

El delantero centro griego, de 30 años, denunció en enero pasado que una noche irrumpió en su domicilio un curioso personaje, Chrisostomos Psomiadis, quien, siempre según Nikolaidis, junto a varios matones le amenazó con partirle las dos piernas tras una acalorada discusión por cuestiones de dinero. Una amenaza estremecedora para quien, como Nikolaidis, cimenta su patrimonio en su capacidad de usar los pies.

Ese personaje que allanó la casa del jugador en plena noche era el presidente del club en el que militaba desde 1996, cuando llegó desde el Apollon Limasol. Y la advertencia sonaba real, Psomiadis había sido condenado a 12 años de cárcel por delitos económicos varios y estaba en la calle sólo por un permiso a causa de su mala salud. El origen de la disputa era un desacuerdo sobre las cantidades que se le adeudaban al futbolista.

"Me tenía que ir, después de todo lo que había pasado no había otra alternativa", dijo la semana pasada. Al jugador aún le restaba un año de contrato con su antiguo equipo, que accedió a su venta por un montante inferior al millón y medio de euros. El AEK tiene profundos problemas económicos tras la quiebra de la cadena de televisión que tenía comprado sus derechos de emisión.

Nikolaidis pasó ayer por la mañana reconocimiento médico en la clínica FREMAP, de Madrid, y mostró en uno de sus brazos el escudo de su ex equipo tatuado. El ariete marcó 47 goles en las tres últimas temporadas defendiendo ese emblema inscrito en su piel. También ha anotado 13 goles en sus 39 partidos como internacional. Es un delantero limitado, pero listo. Un tipo acostumbrado a vivir en el área que se traba con el balón en los pies pero que es capaz de cazar al vuelo lo que le echen y meterlo entre los tres palos. Es, en definitiva, un buen rematador. Un oportunista.

Nikolaidis es una especie de Beckham pero en griego. Está casado con la cantante de música ligera más popular de Grecia: Despina Vandi, que ha ganado muchos premios, además de encabezar las listas de ventas de discos.

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